Señores con escoba en 1903




¿Alguien sabe dónde se puede encontrar una crónica decente y traducida al castellano de la final masculina de Curling de los Juegos de Invierno de este año en Vancouver? Que es que después nos ponemos a pedir celebraciones sin estar a lo que tenemos que estar y pasa lo que pasa, oigan.

12 Revelaciones:

Helter dijo...

Pues no, y bien mal que me sabe, pero si le interesa sé dónde se puede conseguir una crónica indecente y traducida al castellano del primer entrenamiento con patines en línea de una servidora.

miguelgato dijo...

No me he enterao de cual es la mecánica del juego como pa saber si hay crónicas buenas.
Ahora bien, el saque proporciona una clase al que lo realiza que no veas. Lo que pasa es que luego los de las escobicas le quitan tol glamour.

Arkab dijo...

Bien, tomo nota. Ahora, ya si quieren y eso, pueden comentar lo que les parezca del señor del centro de la foto. Sí, el que tiene pinta de torero, con su montera y todo.

Badil dijo...

La primera vez que he visto la foto juraría que iban con falda escocesa.
Me había parecido bien curioso el curlin masculino con falda escocesa.
Lástima.

Harry Sonfór dijo...

¡Fotos de Helter con patines en línea y medias de rejilla a la voz de ya!

Anónimo dijo...

Yo también quiero la crónica patinodrómica de Helter. Ya.

Orfeo Euclides

Helter dijo...

No, no, no, veo que no se hacen una idea. Servidora iba con un chándal modelo saco desarreglá pero informal y con protecciones en codos, rodillas y muñecas. Amos, me pintan con un espray de plata y tal que el hombre de hojalata. Chichonera no me puse por la poca vergüenza que me queda. Leches me di cuatro, leves. Estuve diez minutos abrazada a un árbol, y no porque le quisiera mucho. Lo peor, que en plena subida se te acabe el bofe y empieces a rodar patrás. Lo mejor, quitarse los patines. Toma ya crónica.

Harry Sonfór dijo...

¿Pero que va a de repetir o no va a de repetir, Helter?

Harry Sonfór dijo...

Aquí, cuando hace buen tiempo, los niños y no tan niños se ponen los patines en línea y se pegan toda la tarde calle parriba calle pabajo. Y yo estoy aquí trabajando y todo el rato riin raaan, que se oye que suben, que se oye que bajan, que se oye que se caen, que se oye que lloran, que se oye a la madre que les grita desde la otra punta, que se oye que se vuelven a poner los patines. Que he pensado en el aceite hirviendo, pero que dejará marca en la acera. Que si saben de otra cosa.

miguelgato dijo...

Cómpreles un stick de joquei a cada uno, es un objeto que parece tener la virtud de volver agresivo al que lo empuña. Con el tiempo se acabrán yendo a reñir por ahí.

Trikki dijo...

Pruebe Harry con el rollo psicológico, dígale a alguno que en ocasiones ve muertos y a ver que pasa.

Harry Sonfór dijo...

Ojo, Trikki, que la culpable de todo, la que les da clase a los pobres niños, es como un oso grizzly pero sin el como.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas