Los Soprano, lo más grande





Estaba yo ahora mismo pegándole a esto mientras veía el capítulo séptimo de la primera temporada de Los Soprano, serie a la que me acabo de enganchar ─tardíamente, sí; no me lo repitan más─ y me debatía internamente conmigo mismo sobre qué foto de Lorraine Bracco iba a ponerles esta noche en la que el Cristo de Burgos debe estar llegando a la Alfalfa, cuando han sonado en el susodicho capítulo los Jefferson Airplane y me he dicho «pues no, que les pongo a la Grace Slick». Y ahí la tienen. Que usted es más de Lorraine Bracco, pues se aguanta que hoy toca celebrar que el pasado 30 de octubre fue el cumpleaños de Grace Slick. Que prefieren ver fotos de Grace Slick mientras le canta al diablo en plan Antonio Banderas, pues hay que darle aquí. Que quiere ver a Grace Slick hace dos años llevando por pendientes las llaves de la alacena donde la madre de Falete le esconde las magdalenas (a él y a la mismísima Grace Slick) pues le da aquí.

Megaflittchen



Que estoy prendado de estos ojitos, oigan. Que se los tengo que de poner. Que no puedo resistirme. [La música es de Stereo Total, total, total].


Felicidades, Gloria Swanson




Hoy celebramos el cumpleaños de Gloria Josephine Mae Svensson, más conocida como Gloria Swanson (Chicago, 27-3-1899 - Nueva York, 4-4-1983), y para celebrarlo, ponemos esta foto en la que vemos a una joven Gloria Swanson tocando un ukelele. Seguramente muchos de ustedes se estarán preguntando si no hay otra forma de ver a Gloria Swanson tocándose el ukelele. Pues claro que sí, hijos míos, pueden verla ─eso sí, sin botacas─ en aqueste otro sitio, no sólo tocando el ukelele, sino haciéndolo además con ese pedazo de barra-cruda que puede verse detrás y que cualquiera habría confundido con un arenque gordo menos nuestra querida Badil, que está empeñada en que es una caballa u yegua del mar. Bien, como es Semana Santa, termino rematando al personal:
Va Drácula ya de mayorcito y algo más que fondón por el consumo exagerado de cerveza mezclada con granadina al endocrino y le espeta:
─Doctor, creo que soy estéril.
─No, no, está confundido: usted es Obélix.

Toda ciencia trascendiendo




Le he pedido a la Pk. que me dejara hacerle una foto con el San Pancracio y el perejil y no había manera hasta que al final ha accedido a cederme una mano con naranja y el Jesús Vázquez al fondo. O su pograma o lo que sea eso. «Que para qué quiero yo colgar cosas suyas en internet», me ha dicho. «Pues que quiero poner un poema de SJDLC», le he contestado. «Pues léemelo antes», me ha inquirido amenazante. Y empiezo a leérselo y en la tercera estrofa me dice «Èste se ha fumao algo, pero anda, te dejo poner la foto». Ole.


Entréme donde no supe:
y quedéme no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Yo no supe dónde estaba,
pero, cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí;
no diré lo que sentí,
que me quedé no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida, vía recta;
era cosa tan secreta,
que me quedé balbuciendo,
toda ciencia trascendiendo.

Estaba tan embebido,
tan absorto y ajenado,
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado,
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo.
toda ciencia trascendiendo.

El que allí llega de vero
de sí mismo desfallece;
cuanto sabía primero
mucho bajo le parece,
y Su ciencia tanto crece,
que se queda no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Cuanto más alto se sube,
tanto menos se entendía,
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía:
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Este saber no sabiendo
es de tan alto poder,
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer;
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda ciencia trascendiendo.

Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber,
que no hay facultad ni ciencia
que la puedan emprender;
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
irá siempre trascendiendo.

Y, si lo queréis oír,
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divinal esencia;
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo,
toda ciencia trascendiendo.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas