Harry, los jerbos egipcios



Harry, los jerbos egipcios; no nos olvidemos de los jerbos egipcios, que hay que quererlos mucho. Los jerbos egipcios, lo mejor para olvidar El Rocío. Que usted tiene un amigo que le invita a ir a El Rocío, pues no, «que no puedo ir que le tengo que dar de comer al jerbo egipcio». Que usted tiene una amiga que le invita a hacer el camino ─no, el de Monseñor, no; el otro, el de El Rocío─ pues tampoco, «que no puedo ir, que le tengo que dar de comer al jerbo egipcio». El jerbo egipcio, lo mejor del mundo contra El Rocío.



Juan Belmonte




Estoy buscando una foto de Sánchez del Pando que se llama «Niños del Hospicio Provincial de la ciudad de Circa de Sevilla degustando las propiedades de la cerveza. Agosto de 1933», pero, oigan, que no hay manera. Con lo bonita y enternecedora que es. Así es que traigo a Juan Belmonte fotografiado por Sánchez del Pando cuando hacía la mili Circa de Sevilla en 1912. Ay, qué disgusto que tengo que no encuentro el retrato.

Juegos del Señor



Rodolfo se encuentra en un viaducto sobre las vías del tranvía y puede ver que el tranvía que se aproxima al puente está fuera de control. Sobre la vía hay cinco chimpancés destripados por un tranvía que acaba de descarrilar, pero también una señora que se llama Ana Roza que esperaba en la vía contigua un AVE para ir a la Feria de Sevilla, los márgenes son tan empinados que Ana Roza no logrará salir de la vía a tiempo. Rodolfo sabe que la única manera de detener un tranvía fuera de control después de un descarrilamiento es lanzar un objeto muy pesado a su paso. Pero las únicas cosas disponibles y lo bastante pesadas son o bien a cinco ecologistas enjutos y delgados ─a todos juntos y a la vez, claro─ que transportan a una hembra de tapir malayo (Tapirus indicus) embarazada a un zoológico cercano para que tenga un parto decente y como Dios manda o bien a la hembra de tapir malayo embarazada. Rodolfo puede empujar a esta hembra de tapir malayo embarazada al paso del tranvía, y matarla; o bien hacer un paquetito con los cinco ecologistas enjutos y delgados que la cuidan y empujarlos a la vía, y matarlos; o bien abstenerse de hacer cualquier cosa de ellas, consiguiendo de esta manera que Ana Roza no vaya a la Feria de Sevilla este año y nunca más, para los restos de los restos.
¿Es moralmente lícito que Rodolfo haga algo, cualquiera que sea la cosa que haga?


H. O'Pettas. «Tribute to my lighthouse, my guide and my pastor». (Página 103).


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas