Desmontando el mito de Flipper




Es posible que usted haya oído hablar de la delfinoterapia, una técnica de curación basada en los poderes ocultos del sónar de los delfines que, supuestamente, al igual que si de una ecografía se tratase, le auscultarían, le diagnosticarían su enfermedad y le curarían la dolencia milagrosamente utilizando el ultrasonido. Pero aquí estoy yo para contarle que la eficacia de la delfinoterapia es equivalente a la de la acupuntura, a la de la homeopatía e, incluso, no lo dude, a los rezos del rosario en la basílica de San Pedro. Pues mire, no; la delfinoterapia es un bluf porque el sónar del delfín no funciona en cautividad con tanto rebote entre las paredes del vaso de la piscina, lo mismo que pasa con los espejos que se reflejan en espejos. Es decir, que el delfín ni le diagnostica, ni le cura; pasa de su enfermedad porque no se entera de nada y, probablemente, tras su aparente sonrisa fingida ─no tienen músculos faciales, por eso parece que se ríen, pero no, siento darle el día, no se ríen los delfines─ lo único que quiera el animalito es rozarse lascivamente intentando copular con usted o al menos masturbarse compulsivamente frotándose contra su pierna o su espalda, que de eso saben un huevo. En fin, que si usted quiere ir a una sesión de delfinoterapia, vaya; dese un buen baño y observe el culo prieto del adiestrador de delfines o los pezones enhiestos de la simpática adiestradora, según le apetezca, pero no pretenda que el delfín le cure nada. Claro que, bien pensado, peor sería la mofetoterapia. En Sevilla, a dieciséis de febrero de dos mil y nueve, cumpleaños de Ricou Browning.

19 Revelaciones:

Badil dijo...

Y la erizoterapia. Jo.

Harry Sonfór dijo...

Ese gran hombre, Ricou Browning. Cuántos momentos de felicidad que nos ha brindado.

Bueno, tampoco tantos, no nos engañemos.

Trikki dijo...

Oiga, y aparte de Dalí, ¿alguién sabe algo de la Patoterapia?

ECDC dijo...

Me quedo con la Sexoterapia, esa te cura to los males.

Arkab dijo...

Uf, la erizoterapia, escalofríos me han dado, hay que haber pisado un erizo de mar al menos una vez en tu vida para comprender un poco mejor el cine de Mel Gibson (o las propuestas de homenaje urbano de Belloch).

ludovico dijo...

Buenas tardes,

Yo prefiero la risoterapia. Con uds. como mediadores es una técnica que nunca falla.

Spanique dijo...

Hay dias en que el mundo me es completamente incomprensible. Esta semana me toca.
Lo que ya no llego a saber es quien esta loco. Sin duda, yo.

Helter dijo...

Spanique, por si le sirve, la cordura absoluta nunca ha existido. Puede que la cosa esté en sobrellevar de la mejor forma posible la locura de los demás combinada con la nuestra propia.

Spanique dijo...

Si yaaaa, todos algo idos, pero es que cada semana sale una moda "destas", qué, o me hago mayor, o es que no lo entiendo, que adopten ninios, que den de comer a los pobres, a los patos, algo asi...

Es que encima hoy recibo en el correo publicidad para un centro de balneoterapia de por aqui, que es bueno, entre otras, para la FIBROMIALGIA - la fibromialgia esa gran desconocida para la que la medicina normal no tiene remedio, pero si son eficaces la homeopatia, la acupuntura y deduzco la la delfinoterapia...

Ojo!!! Que no digo que los pobres no sufran, pero que yo a eso lo llamo dolor muscular debido a una gra tension nerviosa, y que evidentemente descanso y vacaciones lo curan todo. No te joroba, pero eso vale para todos...

ludovico dijo...

Y luego está la risototerapia, que consiste en juntarse los amigos/as delante de la diosa paella para adorarla y después sacrificarla.

Harry Sonfór dijo...

Ojo, que un delfinaco así de grande frotándose arriba y abajo por el lomo del paciente cura muchas cosas.

Harry Sonfór dijo...

Ojo, que un delfinaco así de grande frotándose arriba y abajo por el lomo del paciente también, según los gustos del paciente, puede causar un trauma gordo.

Helter dijo...

Vista la movida que han montado el pagafantas y el gafapasta entre tiburones y delfines, quiero llamar su atención sobre esa obra maestra del séptimo arte que es "Buscando a Nemo". Podría esperarse de una película de animación sobre peces marinos que el papel de pez simpático lo representara un delfín. Nada más lejos de la realidad. En esa película los delfines son tratados de imbéciles colaboracionistas con encefalograma plano. Dice uno de los tiburones secundarios: "Miraaaa, flipo como flippeeeeer". Y lo dice poniendo los ojos en blanco y moviéndose amaneradamente.

Harry Sonfór dijo...

Ojo, que no me importa que me llamen pagafantas, pero que estoy más acostumbrado a que me llamen Toritobravo. Atiendo por Toritobravo, sí.

Helter dijo...

Espero que no viera El hormiguero el día que salió Will Smith cantando el Torito Bravo. Toguitou Bgavou, decía...

Harry Sonfór dijo...

¡Espere que no vea el hormiguero nunca, por mi salud! madre mía qué nervioso me ponen todos y cada uno de ellos con sus bailecitos y la cámara en un no parar.

Badil dijo...

En mi casa hay una fies ta
Vamos todos a la fies ta
la noche acabará
y el día llegará
nanananananana na na
Fies ta.
Que le he dao dos premios que se pase por mi boc y se entera

Harry Sonfór dijo...

¿Que también le ha dado un premio a Arkab? ¿Y es el mismo premio?
¡Pero esto es un sindiós de premios!

Helter dijo...

¡Ah, pero yo creía que el premio me lo había dado solo a mí! ¿Y aún pretende que le dé las gracias? Amos hombre.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas