Harry, los jerbos egipcios



Harry, los jerbos egipcios; no nos olvidemos de los jerbos egipcios, que hay que quererlos mucho. Los jerbos egipcios, lo mejor para olvidar El Rocío. Que usted tiene un amigo que le invita a ir a El Rocío, pues no, «que no puedo ir que le tengo que dar de comer al jerbo egipcio». Que usted tiene una amiga que le invita a hacer el camino ─no, el de Monseñor, no; el otro, el de El Rocío─ pues tampoco, «que no puedo ir, que le tengo que dar de comer al jerbo egipcio». El jerbo egipcio, lo mejor del mundo contra El Rocío.



14 Revelaciones:

Harry Sonfór dijo...

Ay qué cosa más rica, Arkab, si parece que es un dibujo animao. Ay qué cosa más rica.

vanessita dijo...

ESE BICHO SE PARECE UN JANSTER K TUVE K SE LLAMABA CHIMO K SE ESCONDIO ABAJO LA ALFONBRA LO PISO MIAMIGALA JENI Y LO MATO LA KE MONTO MI MADRE CUANDOVIO LA MANCHA JAJAJA
ENORABUENA POR TU BOLG ARKAB

Badil dijo...

Si que es salao. Pero ¿bebe coñá?

Miranda dijo...

Ese bisho está enfermo.
No hay que ver más que cómo tiene el pelo.
Está malin y le queda (o le quedaba) poco.

Qué bestia es la gente...

Trikki dijo...

Oiga, Harry, que yo soy muy limpio, que lo mismo limpio la memória de caché, que las cookies y los historiales, que friego la paella con tamaña soltura (aquí les recomiendo que la dejen a remojar antes), pero que por mucho que limpie me dice que hay un error de mi explorer en su blog y que no, que no lo veo, y ya está, que veo el encabezamiento, y las imgenes de la izquierda, pero que letra sin donde debería estar la entrada ni una.

Fijesé si soy limpio que me hice una vasectomía y me dijerón que tenía que estar 4 días sin ducharme y de 7 a 10 sin hacer el amor, y fué dirisimo estar 4 días sin hacer el amor y 10 sin ducharme.

Harry Sonfór dijo...

Ay, Trikki, pues no he hecho nada nuevo, no, ni he puesto pluguines nuevos, ni códigos ni gaitas... Yo le diría que pruebe a verlo en otro navegador, que es que tengo un blog tan novedoso que no se puede ver en navegadores antiguos. Pruebe, pruebe a ver, hágame el favor.

Helter dijo...

Ah, pues yo creía que los jerbos egipcios eran unos dibujines de ojos y pollitos que hacían los egipcios en las pirámides.

Harry Sonfór dijo...

Que me ha picao. Que si va a poner una fotografía de sus canillas para así someterse a la votación de sus lectoras/es. Que si hacemos un concurso de canillas.

Helter dijo...

¿Y por qué limitarse a las canillas? ¡Las lectoras exigimos un concurso de cuerpo entero!

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Arkab, que ya sé que tiene poco tiempo, pero que le quería contar. Que hace cosa de un mes le regalé a mi señora un libro grandote con muchas fotos y gráficos, un libro de esos visual al estilo inglés, sobre la poda. Y, oiga, que le ha entrado la cosa de podar y podar y la tengo en un no parar. Lo poda todo. Ha descubierto que se puede hacer un arbolito casi con cualquier cosa. Menos mal que no tenemos gato, que si no me le corta tres patas para que le quede solo una y parezca un arbolito también. La palmera pequeña del tiesto, venga a arrancarle hojas; el lilo, pobrecico mío, venga a cortarle ramas. El manzano, el limón, el ciruelo. El grosellero, también, y dice que gracias a eso los frutos salen este años más dulces. Un no parar. La zarzamora sevillana aún no la ha tocado, que está aún chiquitilla, pero en unos meses la veo también ahí podándola. Yo estoy contento, ojo, que da gusto verla ahí chaca-chaca podando. Duermo peor, eso sí, que no duermo tranquilo, que así empezó Lorena Bobbit y ya recordará usted.

Arkab dijo...

Virgen del Verbo Divino, Harry, no se puede imaginar usted en el lío en el que se ha metido con el manual ése. Su señora no sólo dejará de ser persona ─y su jardín no sólo dejará de ser un jardín─ sino que en apenas unos días dará el paso definitivo y le pedirá un manual de Katana. Y una mujer con Katana... son ya palabras mayores. Tiemble.

Oiga, si le parece, el concurso «Mister Canillas Verano 2009» lo dejamos para dentro de unos días que comienzo la jornada intensiva y tendré menos jefes cabroncetes a mi alrededor. Og, qué agobios últimamente.

P.S.: Helter, no nos tiente que luego nos llamarán provocadores, que mire que la tersura de éstos nuestros musculados cuerpos y esa grácil hermosura de nuestros rostros no los supera ni Mario Picazo Picazo.

Trikki dijo...

Oiga, Arkab, que yo venía a preguntarle si ha deparado usted en la nueva periodista de deportes de informativos telecinco, que sé que se llama Sara, (no se más) y que si no lo ha hecho, que lo haga, que le recordará a la Barceló en sus tiempos mozos.

vanessita dijo...

ESTE BLOG SE MUEBE MENOS QUE LA BICI DE FALETE. HAZ ALGO POR LA MACARENA O ALGO QUE MI MADRE DICE QUE TE HECHA DE MENOS Y ESTA TODO EL DIA TOMANDO TERMALGINES HABER SI ESCRIBES ALGO BESOS DE LA VANE YDE LA MAMA

Trikki dijo...

Carbonero, se llama Sara Carbonero.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas