The Old Nashville





En la foto pueden apreciar el tren del cortejo fúnebre que paseó el cuerpo de Abraham Lincoln por varios estados de una nación afligida tras su asesinato. No me negarán que el tren es una preciosidad y que dan ganas de morirse si te prometen que te subirán a él. Pues ya no puede ser porque esos trenes dejaron de utilizarse hace muchísimos años, siento tener que abrirles los ojos a la realidad. Seguramente podrán buscar algún museo que recoja esta imponente maquinaria. Pero viajar por las vías con ella ya no, imposible. Créanme. Hoy se conmemora el 199 aniversario del nacimiento de Abraham Lincoln, si a ustedes no les va la cosa yanqui ni los ferrocarriles, y se empeñan en celebrar hoy mismo el 199 aniversario del nacimiento de alguien, que además sea famoso, sólo les queda Charles Darwin. Aclarado el misterio de la cabecera de hoy de Cambio Radical. Ea.

15 Revelaciones:

Harry Sonfór dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Harry Sonfór dijo...

Arkab, que el mensaje anterior lo he borrado porque le contaba una cosa que usted ya sabe y me he dicho,«pues para qué se la voy a contar si ya la sabe». Y también aprovecho para decirle que me gusta mucho su blog y que me da mucha alegría todo.

Harry Sonfór dijo...

Mire, Arkab, que si junta su foto de la entrada de abajo con la de arriba del tren y le añade un caballo muerto y un señor con sombrero de copa le sale de resultado una foto de esas raras pero raras:

http://ancestralmanor.com/dnn/?tabid=129

Arkab dijo...

Lo siento, Harry, pero no sale ni el caballo ni nada. Bueno, algo sí: an error has ocurred.

¿Y por qué en el portátil no me salen las comillas latinas? Me cago en Antonio López y López y toloquesemenea.

Harry Sonfór dijo...

Pues tampoco me deja entrar a mí. Pues era una página divertida con unos señores ahí preocupados por saber qué carajo hacía un señor con sombrero de copa sobre un caballo muerto.
La foto sí que la deja ver:

http://ancestralmanor.com/dnn/Portals/0/dead_horsesepia.jpg

Arkab dijo...

Hala, qué foto. ¿Lo que olisquea al señor de atrás parece una cabra? ¿Y el pórtico del fondo? Puede que sea como preparando la construcción de un edificio. Nousei...

Harry Sonfór dijo...

Oiga, sí, el pórtico que dice para mí que forma parte de algo del ferrocarril, que ponía en la página, y la cabra, la cabra, no sé si es una cabra, un perro o qué es, pero todo junto... no me diga que todo junto no da miedo.
Claro, que el hombre cuando se hizo la foto no le diría al fotógrafo «Tira, hazme una foto aquí sentado como si estuviera en el salón de mi casa pero sobre un caballo muerto, que se me ha ocurrido que voy a inventar el surrealismo, que me voy a convertir en el De Chirico americano». No, que imagino que le diría hazme una foto sobre este caballo muerto y ya está, pero inquieta. Que me digo yo que igual es una imagen de esas misteriosas como la del niño llorón, que dicen que si la tienes en casa se te quema todo, pues me digo que con ésta, si la miras mucho luego te pegas toda la noche soñando que estás dentro de la foto en color sepia, yendo del pórtico a la post office, de la post office al señor de la cabra perro y del señor de la cabra perro al hombre del caballo y vuelta otra vez al pórtico.

Arkab dijo...

Pues he estado tomando medidas por ahí y no puede ser una cabra. Así es que tiene que ser un perro. Una pena, creo que lo que pega en esa foto es una cabra de tetas esmirriadas como pimientos asados. Y el señor con sombrero de copa está claramente posando, y a demás como se hacía antes, mirando hacia otro lado, como disimulando. O a lo mejor es que había dos fotógrafos, el del señor con sombrero de copa y el del señor de la cabra, que se les ocurrió lo de inventar el surrealismo a la vez. Pero para eso tendría que ser una cabra, no un perro; con un perro no se habría inventado nada surrealista.

Helter dijo...

Uy, que temprano que se me levantan ustedes. Arkab, ya ha visto que hay una imagen que no se ve por ahí arriba? Na, yo por informar, pa qué están las amigas...

Arkab dijo...

¿La cuála, querida? ¿La que está ahora debajo del pajarito? Pero sepa, que el Went todavía no me ha puesto ni una puñetera bandera. Y yo sólo tengo el blog para llenar de banderas el fiji, que lo sepa.

Oiga, ¿ha visto que ya ha sido debidamente «enlazada», tal y como merece una Reina?

El Harry me tiene que explicar cómo se editan los comentarios que uno pone en otros blog. Sí.

Helter dijo...

No, no, la que está justo antes de la entrada del tren y justo debajo de lo del cárdenas. Yo por lo menos no veo más que la típica equis roja sobre blanco (¿es la cruz de san andrés?).
Ays, que raro se me hace esto de que me llamen reina, si soy republicana. Pero mola.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Arkab,a mí me sale un cubete de basura debajo de mis comentarios para borrarlo si quiero. En los mensajes de los otros de los blogs de otros no, claro, pero en los que escribo yo sí que me sale el cubete, justo debajo de la fecha.
Pues va a ser que no ve Helter la animación de los búhos porque le falta alguna cosa para ver animaciones de búhos. Servidor la ve perfectamente, y ando esperando y esperando a ver qué pasa después pero están los dos en un no parar de te toco y te giras, te toco y te giras. ¿No se llegan a casar?

Helter dijo...

¡Ya los veo! ¡Ya los veo! Ayer los veía sin problemas, pero antes tempranito no. Ná, sigan a lo suyo y tal.

Harry Sonfór dijo...

¡Ay lo que me ha llegao!

Anónimo dijo...

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The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas