Llevo unos días en los que me es imposible ver una parte de mí. Pero no se preocupen que no es grave, es algo ficticio que literaturizo para impresionarles. Quien sí lo sufrió de verdad en sus carnes en 1965 fue el pintor alemán Anton Raderscheidt (1892-1970). Fue un «accidente vasculo-cerebral en el hemisferio derecho que le ocasionó una hemianopsia y una hemiplejía izquierdas» –una embolia, pero si quieren sorprender a sus amigos utilicen el término prosopagnosia que queda muy elegante–. Este tipo de lesión en esta región del cerebro hace que quien la sufre ignore la mitad izquierda de su campo visual aunque lo puede ver perfectamente. Raderscheidt intentó durante meses realizar un autorretrato; se miraba al espejo, veía su rostro completo, pero era incapaz de pintar la mitad izquierda de su cara. A medida que se fue recuperando, el reconocimiento de la visión de sí mismo también se fue ampliando hasta llegar alcanzar prácticamente toda su cara, como se puede apreciar en la secuencia de autorretratos de abajo(realizó unos ochenta a lo largo de nueve meses). Ya saben ustedes que yo clasifico a los seres humanos (incluida Esperanza Aguirre) en dos tipos: los que me caen bien y los que me caen mal. Anton Raderscheidt me cae bien, aunque se ponga tan serio en la preciosa foto de arriba de August Sander realizada en Circa, 1927.
10 Revelaciones:
Oiga Arkab, anímese hombre, yo tuve una temporada que no me encontraba a parte de mi mismo y lo solucionó mi Santa la mar de rápido cuando se lo conté.
¡Estás gilipollas¡, me dijo, y oiga, hasta hoy.
Yo clasifico a las personas en dos grupos: los que clasifican a las personas en dos grupos y los que no.
Aunque, a veces, también clasifico a las personas en tres grupos: los que mienten y los que no.
Oiga, qué estilazo que tenía el señor Anton Raderscheidt en esa foto.
Yo clasifico a las personas en tres grupos: las que saben contar y las que no.
Cuando tenga un momentito, Arkab, ¿será tan amable de cambiar mi viejo avatar por el nuevo? ¡Que se entere todo el mundo de que tengo las pantorrillas peludas y estoy orgullosa de ello! Quedan tan monas con medias de rejilla, con esos ordenaditos parterres en forma de rombo, que parecen los jardines de Versalles vistos desde el Google Earth...
Yo clasifico a las personas en dos grupos: los que tienen buena memoria y los que
Muchas gracias.
De nada, Mari, para eso estamos. A ver si me pone una foto de usted con esas medias en su blog, que le tienen que quedar lindo, lindo. Como usted bien sabrá yo a las mujeres las clasifico en dos grupos: las que se ponen medias de rejilla ellas y las que se ponen medias de rejilla sus maridos. Y no lo digo por aquella foto que vi de Trikki, ojo.
Oiga, pero que pocas clasificaciones de gente tienen ustedes, ¿sólo dos grupos?. ¡que menos que cuatro o cinco tallas de pecho distintas¡.
Vale, para que no me digan que siempre pienso en lo mismo, para ,í hay dos grupos de personas, los que me hacen reir, y los que no.
Que grandes los gondoleros Venecianos.
Délo por hecho, Arkab. Esta noche la cuelgo.
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