Cambio de vías




En la fotografía (Circa, 1967), unos operarios realizan un cambio radical de vías y consiguen salvar la vida de un señor trajeado que se dirige, displicente, al final de su jornada laboral, a casa para desgranar unas habas ─que cultiva primorosamente en su huerto familiar─ con las que improvisar un guiso de habas frescas desgranadas con senderuelas (para envidia y escarnio hoy de Adrià, Aduriz, Roca y Arzak) que degustar junto a su amada esposa mientras ven la película de Pauline Marion Goddard Levy, Paulette Goddard,«Memorias de una doncella», de Jean Renoir, en una flamante pantalla de plasma plasmática de la muerte, pero de las de entonces. No obstante eio, observen en la fotografía cómo uno de los operarios no colabora en la maniobra y se marcha enfadado porque la misma supondría, como así fue, por cierto, que el tranvía que se aproxima a lo lejos matase a cinco personas obesas que se manifestaban atadas con cadenas a la vía un poco más allá, fuera de plano, contra la comida vegetariana austera bajo el lema «la vida sin pringá, ni es vida ni es ná».
[Sacado del libro «Tribute to my lighthouse, my guide and my pastor» de H. O'Pettas (Circa, 1881-?)].

7 Revelaciones:

Badil dijo...

Me sumo al lema más sustancioso de la década:"la vida sin pringá,...
Y profundo de dobles sentidos.Que bonito, oiga.
Muertos aparte, que es que con tanta proliferación se va quedando una insensible

Anónimo dijo...

qué bien aprovechado de referencias "radicales"!!!

Harry Sonfór dijo...

Pues si es que al final vamos a crear escuela o algo. Ole ole ole.

Helter dijo...

Voto por crear algo, que la escuela me da mal rollo. Arsa, arsa y arsa.

Arkab dijo...

Bien, bueno, vale, yastá. Como podrán comprobar, he puesto al final del párrafo de donde he sacado el mismo, que es que me pongo a intertextualizar textos y pierdo el norte. Hala, que yo copiar, copiar, copiar, lo que viene siendo copiar de toda la vida, copio lo imprescindible. Y además siempre del mismo autor. Ojo, con permiso. Y si no es así, que lo diga él y prometo no faltar ni un solo día a la Feria de este año. Y al Rocío de este año, pues también. Ole, ole y ole que me como la manzana, no sin antes cogérmela y pelármela (la manzana, oigan, la manzana) como Dios manda. Ole, ole y ole, pues.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Arkab, que usted no copia, que usted contextualiza (que ojo, es como no decir nada con eso de poner contextualizar, pero queda de luho). Recuerde que este blog, como franquicia que es y que se precia, no sólo cuenta con el permiso para copiar sino que tiene la obligación de hacerlo, que se dice.
¡Y ole la feria de abril y ole los rebujitos! y ole y ole.

Vanessita dijo...

A MI ME GUSTA MAS LA KARINA MACCIO!
BSS ARKAB


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas