Monitos contra perretes





4 Revelaciones:

Helter dijo...

Aunque hay que reconocer que los monetes tienen su punto, quiero desde aquí romper una lanza a favor de los gatetes. ¡Crac! Hala, ya está rota.

Harry Sonfór dijo...

Pues la va a tener que pagar, que era una lanza cara y famosa, que salía en el cuadro de las lanzas, helter.
Es verdad, arkab, que mi azarosa vida me ha llevado a los perretes y he dejado de lado los monicos, pero eso un día habrá que arreglarlo. Volveré a los monicos.

Anónimo dijo...

Ahora llega el tiempo de perretes, asúmanlo

anagdner dijo...

pa los gaticos y monetes ya está la muchachadanui...
mu maja la tira, don Arkab, mu maja.Y qué listos los monetes, que conocen a la Perrete y a don Harry!


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas