Clarks shoes




Ole, ole y ole, que me acabo de comprar la mitad de mis Reyes en las rebajas y estoy muy contento. Que me he comprado dos camisas chuliguays, pero chuliguays, guays. Y, además, yo solito que hasta ahora siempre me las compraba Pk. Bueno, he tenido que llamarla al móvil para ver qué talla tengo y esas cosas (que si la XL es casi una 5, pero ojo que tienes que probarte el cuello que a lo mejor no te vale para la corbata...). Ole, y ahí están en el maletero del coche las dos. Ole. Y son de Caramelo, que es una marca chuliguay también. He llamado después a Pk. para contárselo y que me han costado 88 leuros y me ha dicho que sí, pero que ella me las habría comprado igual de buenas y más baratas. Así que los dos tan contentos, yo con mis Caramelas y ella diciendo «es que eres mu toontoooo». Ole. Y después he intentado comprar la otra mitad de mis Reyes que son unos zapatos Clarks, que esto era muy fácil porque siempre me compro los mismos, pero esta vez los quería en negro, y la señorita de la tienda me enseña unos Clarks de los que se pone la juventud, y le digo «no, los quiero como éstos que llevo pero en negro», y me dice «ah, que son de vestir», y yo «pues sí, señorita, de vestir los pieses, como éstos y en negro», y ella que es que todavía no están rebajados. «Pues vaya disgusto que me ha dado señorita», le he dicho. Habrá que esperar. Señor Clark, señor Clark, que me rebaje ya los zapatos que a ver si vamos a llegar a carnavales y todavía voy a estar sin la mitad de mis Reyes.

9 Revelaciones:

Spanique dijo...

A mí en una tienda me dijeron (tras una pregunta similar, cuándo me lo rebaja, cuando me lo rebaja????) : "AH esto no lo rebajo que como es de entretiempo si no lo vendo ahora lo vendo mas tarde además es clásico, bla bla bla. Qué no estamos obligaos a rebajar todo " Asi que dije "ahhh, pues adiós..."

Harry Sonfór dijo...

Pues como un pincel va a estar usted. Mi señora cada vez que va a Bilbao me trae una camiseta negra con una impresión en la pechera de esas modernas para chavales de cosa surfera o skateboardera. La cosa urban, vaya. Años y años que me trae una camiseta de esas. Yo contento, claro, que si no me las compro yo. Pero ojo al dato: que este año no me ha traído camiseta urban. En su lugar me ha regalado una mochila para meter la cámara de fotos y los objetivos, que no me cabían en la anterior (en parte porque le dije: «para reyes quiero una mochila para meter la cámara de fotos y los objetivos que no me caben en la que tengo» y en parte por decisión propia suya). La cuestión es que este año no me ha caído camiseta urban y me ha dado por pensar que es una indirecta para decirme «ya vale de camisetitas de niñato, Harry, que ya vas teniendo una edad y pareces uno de esos abuelos que visten de raperos en las series de antena tres pa que los espectadores se partan el ojete. Que ya no engañas, que te se ve el cartón». Eso he pensado. Así que he pensado que si me paso al traje de pana o al paño inglés, que si espiga, que si raya diplomática, que si príncipe de gales, que si ojo de perdiz, pero mientras me he dicho que anda que no tengo camisetas para usar hasta que se gasten y que no estoy para gastos, que me acabo de comprar un ordenador, así que sigo de adolescente aviejao por un tiempo. Luego ya, me pongo, y en cuantito me ponga usted va a ser el primero en saberlo. El Clooney en el anuncio de Nespreso va a parecer un sintecho a mi lao. Así se lo digo.

Arkab dijo...

Harry, eso que cuenta yo ya me lo veía venir, que cuando así disimuladamente le soltó aquel improperio al señor de Maná casi cincuentón cantando en la tele embutido en pantalones de cuero, en realidad le estaba diciendo a su subconsciente «Harry, este año te va a comprar la camiseta negra por Navidades la niña de los peines». Lo que pasa es que no quise inmiscuirme avisándole.

Oiga, que estoy tentado de pasarme al Nespresso, que ayer vi en las rebajas la máquina y esta mañana le he soltado a la Pk. disimuladamente un «oye, pues en este cachito de encimera cabe muy bien una Nespresso», no me ha contestado, no sé si aterida por el frío (-1º) o como dicendo «anda, anda y vete pa la oficina ya».

Oiga, Harry, que me tiene que contar su amor por la cucharilla de café ésa que le tiene prendado.

Helter dijo...

En mi vida hay un antes y un después de la Nespresso. Pues eso, que antes era antes y ahora es después. Harry, ¿ha probao el de jengibre y el de caramelo? El de jengibre huele mejor que sabe y el de caramelo es algo dulzón, pero pa variar molan.
Oiga, Arkab, que si hay que abrir una colecta para su Nespresso, pues se abre. No tiene más que decirlo.

Trikki dijo...

Oiga, que esto de pedir los Reyes creo que se va a poner de moda en casa, que luego los cambios me repatean, pero si gusta hay como más sorpresa. Este año me dije, "no me equivoco seguro", y hala colgantito y pendientes de Tous, más me dije a mi mismo "paso del osito, nos pendientes de unas niñas y un colgante de otra niña más grande, asín, con los breazos abiertos,total, mis tres niñas.Le doy a mi Santa el regalo, con la pertinente explicación, de estas que quedan mu bien (las tres niñas de mi corasón, bla, bla, bla) y ¿Qué creen que pasó?. Que ayer se lo cambió un anillo de imagenes huecas de asito, y unos pendientes de circonitas, menos bastos, eso sí, que lo otro, y encima me sobró pasta para invitarla a merendar.

Arkab dijo...

Ay, que me parece que está al caer la Nespresso. Ay, ay, que va a caer.

Harry Sonfór dijo...

Pues a ver, que le digo: En mi vida hay un antes y un después de la Nespresso. Es posible que su señora de usted se muestre reacia al cambio, porque tienen ya una máquina buena de café, porque está acostumbrada a comprar un café en particular.. y es posible que le diga algo así como «luminoso pedacito de estrella que el Altísimo arrancó del cielo para que fueras mi esposo y me llenaras de gozo y alegría cada día que comparto contigo (o lo que le diga su señora de usted cuando se dirija a usted) ¿Otro trasto quieres meter en casa? ¿Otro trasto más?», en ese caso, usted debería contestarle que no se preocupe, que la máquina de Nespresso se la va a comprar para usted y qe la va a colocar en, por ejemplo, el trozo que le corresponde del garaje, para que no se moleste. La compra, se la pone en el garaje y de cuando en cuando se hace usted un cafecito y se pasea por toda la casa diciendo «ay, que cafecito, ay qué aroma, ay qué sabrosura, ay qué buqué de cafeces brasileños y árabes perfectamente maridados. Ay qué bueno está», así hasta que caiga, se quede convencida y le deje poner la máquina en la cocina, que es donde tiene que estar (a no ser que quiera ponerla en el salón, que le dará un punto chic). En mi caso le aseguro que cambió mi vida más que nada porque trabajo en casa y antes me tomaba unos cafetacos de esos de tazón grande de máquina de café americano o cuando quería tomar algo decente me iba al bar (que está tirando a lejos). Ahora, oiga, me levanto, me preparo un Nespresso en un segundo y no tengo ni que desaprovechar café (con la de café americano se tiraba siempre café) ni andar bar arriba bar abajo para despertarme. Amo a la Nespresso, así como se lo digo.
Cucharillas de esas pequeñas para café solo puede comprar en el mismo servicio de Nespresso, o igual tiene ya. Es que hasta hace no mucho en casa sólo habia cucharillacas de esas de postre, que las odio, que no caben en la taza, que son feas...
Helter, oiga, que no he probado esos cafés, que cuando hice el último pedido no lod tenían aún o se había agotado, pero en la página web no estaban. Quiero probarlos. A ver si en este pedido...

Miranda dijo...

Yo les comprendo a todos porque pertenezco a la rama compulsiva de la cosa del comprar, pero de verdad que no hace falta el aparato ese ni los cubiletes de colorines para hacerse un cafe de rechupeo.
Se compran un buen café (que no los hay en todas partes, hay que ir por las degustaciones hasta que se da con ello), se lo llevan a casa entero, sin moler, y si lo que les mola es el café negro y potente (o cortado, pero potente) lo mezclan con torrefacto en proporción medio kilo de café por un cuarto de torre.
Lo guardan en botes de esos de embotar con su cierre con hierro y goma en la nevera, y muelen cada vez que vayan a hacérselo la cantidad que necesiten según LA CAFETERA ITALIANA que tengan, de seis o de doce tazas.
Y ya luego no podrán encontrar nada mejor, porque sale como dios manda, con su espumica, con su todo, y sí, se puede tomar en tazón y luego bailar sardanas toda la mañana del calambre.
La otra noche me sacaron la bandejuca de los dedales y estuve media hora mirando allí a ver...que si olores de noseque de tal y cual...
Nada. Como el que yo hago con mi café Haití (que así se llama) y mi italiana de toda la vida, bien cuidada con su goma sin quemar, no hay ninguno.
Ya lo siento, pero es la verdad verdadera.

Haganmé caso, si lo que se quieren es comprar un capricho necesario de verdad, una cosa imprescindible, lo mejor de la vida en familia, cómprense un triturador para el fregadero.
Eso sí, igual hay que cambiar el fregadero porque tienen unos desagues muy chicos, pero cuando se ha tenido un triturador ya no se puede vivir sin él.
Eso sí que es un aparataco...ay! que sincio...

M.

Spanique dijo...

Siento contradecirla, pero no, Nespresso. Yo la tengo desde hace años (de hecho fui quien se la hizo descubrir a George)

He probado todos los métodos que dice usted y tengo cafeteras express de poner la fuego diversas gûenasmalasgrandespequeñas(de las de "calcetín" ya ni hablamos)

Mi padre tenía en los setenta un bicho que era como las de los bares enoooorme de metal azul galvanizado, de un solo cuerpo (o sea individual pero de brazo)Que en mi casa siempre hemos sido muy cafeteros

Y no, como la nespresso, nada.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas