MALÉ, EL ARCOIRIS



«Orunla tenía una estancia y Malé, que bajaba todas las noches del cielo por una soga, se comía toda la cosecha. Enterado Orunla, hizo ebó con una botella de otí, comida de todo tipo y un machete. La llevó a su finca, vino Malé, vio aquello, y comió y bebió hasta que se cansó; reposó un poquito con el propósito de irse enseguida, pero se quedó dormido. Orunla aprovechó y cortó la soga con el machete. Cuando Malé despertó, ya era de día; entonces le dirigió súplicas al cielo pidiendo perdón, pero ya era tarde. Desde entonces Malé, el arcoiris, está en la Tierra».
PATAKÍ YORUBA
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4 Revelaciones:

Harry Sonfór dijo...

Arkab, que no viene al caso, pero que le venía a contar que me han regalado una camiseta con la imagen de la esfera armilar de Montréal. Y que tengo una sobrinica que es una preciosidad. Preciosa de ver. Madre qué cosa más bonita.

miguelgato dijo...

Me hubiese gustado mas que Orunla tras endiñarse la botella de otí y estando ya bien ebó la hubiese emprendido a machetazos con Malé por jodele la cosecha.

Arkab dijo...

Harry, ¿y posó usted en la ensalada de titos con la camiseta?

Oiga, Miguelgato, espero que haga falta estar ebó de otí para ponerse esas gafazas con pimporreta que se me puso en Nochevieja.

miguelgato dijo...

No, si yo solo me las puse en la cabeza, yo casi no iba ebó, fueron los demas los que se hartaron de otí y sucedáneos.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas