Circa, 1955
Amada Rosalind Anne:
Cada día que pasa se hace más difícil no poder abrazarte. Sé que lo que sentimos el uno por el otro crece y nos hace más fuertes, que estamos unidos por un lazo invisible que ata nuestros corazones haciendo que se fusionen convirtiéndolos en uno solo. Por otra parte, la moto va ya de maravilla, funciona como el primer día y sólo tiene un pequeño roce en el lado derecho que espero reparar en breve. Hace unos días estuve preocupado porque se andaba «chupando», como si estuviese sin bencina; al principio creí que era porque había repostado en una bomba de poca reputación, pero resulta que además a ese problema se sumaba pérdida de potencia y encima ya no subía de las 2000 rpm y, claro, no agarraba velocidad y en neutro se paraba, pero esto lo hacía de forma intermitente, es decir, en la mañana, «copera», y en la tarde, cero problemas, por ejemplo. A Dios gracias, ha sido un susto y ya está todo solucionado. Te echo de menos y espero que algún día vuelvas de nuevo a mi lado. Los niños, también.
Por siempre tuyo,
Fermín
11 Revelaciones:
Esto sí que es una revelación:Conozco a uno de los hijos de Vieitez, que de niño, junto con su hermano ,hacía de asistente de su padre cuando iba por los pueblos haciendo afotos.
Desde luego, como Dios le bendiga con otro hijo a Fermin no le quedará otra que cambiarse de moto o comprar un sidecar/cuna.
Curiosa coincidencia y revelación. Al parecer la moto que llevaba Vieitez por los pueblos era una Lambretta. Hay alguna foto con señorita incorporada por ahí.
Oiga, Badil, que ya que ha venido le voy a cantar una jota a ver qué tal:
Como llevas dientes de oro
y hay que tratalos muy bien,
no comas tanto coscurro,
que’s echalos a perder.
Ole, ole.
¡Ole y ole. Vivan las coincidencias y las revelaciones! (ahora cada vez hay menos revelaciones con eso de la fotografía digital, ojo, que el mundo de las revelaciones está muy mal, que te dicen «esto te lo saco en un plotter que te va a quedar mejor», pero quía mejor, como esos fotones de dos metros que hacían de paisajes españoles en blanco y negro para poner en los comercios de tejidos y despachos de señores con bigote y gafas de pasta ya no hay, eso sí que era bueno y no lo ploteres).
Pues si se fija usted, la letra que ha puesto en la botella de aceite es la misma que usan para el panel de La ruleta de la fortuna. Fíjese (no, en el escote de la señora guerrerona que cada vez que se agacha para darle a la ruleta se le ve el píloro no, en la letra le digo).
Lo de hacer un análisis exhaustivo del píloro femenino es algo que estuve ya a punto de realizar en la escena de Sofía Loren con Jane Mansfield, y tenía no una sino dos alternativas, que conste.
Pues yo rompo una lanza a favor de la Loren, que me gusta mucho más como las lleva, asín recogidas y prietas. A la Mansfield con ese desparrame le falta poco para parecerse a mí tocando el organillo. El de sonar.
Ciertamente, Helter, ciertamente. La famosa foto de Sofía Loren así lo atestigua. La señora del organillo a la que se refiere usted seguramente será ésa en la que sale Esperanza Aguirre toa escotá, ¿de verdad se parece usted a Esperanza Aguirre? Ojo, que a mí no me importa, que a mí me daría igual que usted se pareciese a Esperanza Aguirre o a Ana Botella, que sólo es por hacer la precisión concreta de la señora del organillo.
Ojo, Arkab, que se parecerá a Esperanza Aguirre pero tiene una voz muy melodica y muy bonita.
Uy sí, deberían escucharme interpretando "¿La cintura dónde está? ¿Dónde está la cintura?", mi particular versión homenaje a Palote, perdón, Palito Ortega. Al organillo, claro.
Oiga, que eso lo cantaba Sacha Distel, que Palito lo que cantaba era esa tan bonita de «Yo sé que este verano te vas a enamorar». Ay, Palito, qué grande.
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