Parlophone VII (Edición especial Victorola)




12 Revelaciones:

Helter dijo...

Yo tuve un tocadiscos como este, con el palo pa poner los discos para que fueran cayendo. Lo tenía estudiao: cinco los aguantaba bien, pero al sexto el peso del vinilo ya ralentizaba el plato y en lugar de a 33 rpm el pobre se arrastraba como mucho a 20. A veces, el disco siguiente se soltaba antes de hora y caía de lleno sobre el brazo del tocata, pulverizando la aguja. Qué tiempos aquellos.

Trikki dijo...

Oiga, que yo tenía un rallazo en el rock & Ríos de Miguel Ríos, a la altura de vuelvo s Granada, que luego he escuchado ya la canción bien y no vea como lo eché de menos.

Helter dijo...

No me sorprende. Miguel Ríos ya salía al escenario bien "rallao", calcule traducido a vinilo...

Trikki dijo...

Oiga, Arkab, que no voy a ser yo quién le diga que trabaja menos que un espía sordo en su blog.Ya se me ha contagiao de plusvalíatitis severa.

Arkab dijo...

Es que ando algo pocho, como sin gana de nada. En el trabajo he tenido un cambio en la Dirección que me tiene en «un verlas venir» con los nuevos jefes. Y en casa, mi hijo ha aprobado selectividad pero se ha quedado a dos décimas de la nota de corte de lo que quiere estudiar, así es que estamos todos cabreados a la espera de que se le aparezca la Virgen en la reclamación que ha puesto. Total, que me paso el día pendiente sólo de la selección española de fútbol y de los fichajes del Sevilla. Pero ya me voy recuperando, que acabo de empezar el libro del dedo incorrupto de Galileo (si pasa por Florencia no olvide ir a verlo) que me está gustando un oeuf y hasta se me ha ocurrido una entrada para el blog en la que le explicaré a usted con mi gracia y desparpajo natural la influencia de la teoría evolucionita en el atragantamiento de los seres humanos (incluida Esperanza Aguirre). A ver si me pongo y la escribo.

Trikki dijo...

Oiga, que eso de los nuevos jefes es el caxondeo padre, pero queuna vez ves de que patita cojea cada uno, está chupao, pero se ha olvidado del calor, que calor por dio.

Ánimo hombre, que todo se pasa, incluso un atragantamiento cojiendo por detrás a la altura del pecho y empujando palante (incluso a Esperanza Aguirre)

Helter dijo...

Arkab, hombre, desapóchese, que le necesitamos desapochao. Y el desapochador que le desapoche, buen desapochador será.

Harry Sonfór dijo...

¿Ya se ha despochao Arkab o no?

Helter dijo...

Ayer parecía bastante despochao, pero igual ha tenido una recaída. O eso o se ha ido de juerga con la Pk a la cervecería esa. Espero que sea la segunda...

Harry Sonfór dijo...

Servidor también. A ver si enseña la patita o algo.

Helter dijo...

Si se me permite escoger, mejor algo.

Helter dijo...

Bueeeeno, ¡aunque sea la patita!


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas