9 años
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llegábamos ...
todos somos todo
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¿Qué hay de nuevo, viejos?
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llevo sin aparecer por aquí?.
Lo que me ha dejao muerta es que el chivato de las visi...
Asta Nielsen y el abismo
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Asta Nielsen poniéndole el flequillo rubio a Robert Dinesen en la película
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La lluna, la pruna..
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Ahir va ser dia de lluna plena.
Quan la lluna fa el ple, les nits son propicies a la licantropia i a
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La Máscara
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El sétimo arte.
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Seguramente todos los taustanos sufren los domingos una gran angustia por
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No pasará.
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-Que salgan o no salgan animalejos carece de importancia en este caso. *Up*
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Primera Guerra Mundial
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Ellos recurrieron a otra abyección mayor, a otra barbarie contra la
civilización occidental, como fue el alistamiento de salvajes, bárbaros y
exóticos proc...
Ya, pero con el nombre de Ian&The Zodiacs, en Hamburgo (preciosa, oiga, no deje de visitarla), de vacaciones tout le monde y, sobre todo, con un vídeo en tono sepia, a juego con nuestra primorosa franquicia, a ver quién era el guapo que se negaba a no ponerlo. De todas formas voy a poner otro debajo que incumple alguna de las premisas anteriores. Para contradecirme un poco.
[El huerto, Harry, no meseorvide del huerto, por lo que más quiera, que nos bajan los polares].
Oiga, Arkab, que no es por hacerle de sufrir, pero que si ha visto mi banderita de Bangalore, Karnataka y mi alta concentración de banderitas argentinas en mi fiji.
Yo los ponía pabajo, o sea, con los pies hacia abajo, o sea, con la convexidad hacia arriba y la concavidad hacia abajo. Vamos, como venía en las fotos de publicidad de tocadiscos. Si eso era lo bueno o no tan bueno, eso ya no lo sé. También a veces ponía un hierrote que se pinchaba justo en el agujero del palito del pirindolico y entonces podías poner una jartá de elepés todos juntos y pegados e iban cayendo según se acababan. Era algo grande aquello. Claro, ahora con la cosa del MP3 como que no se valora.
«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J. Citado por
Santiago Cárdenas
6 Revelaciones:
Bien, pero mola más Karen Carpenter tocando la batería y cantando a la vez, ojo.
Ya, pero con el nombre de Ian&The Zodiacs, en Hamburgo (preciosa, oiga, no deje de visitarla), de vacaciones tout le monde y, sobre todo, con un vídeo en tono sepia, a juego con nuestra primorosa franquicia, a ver quién era el guapo que se negaba a no ponerlo. De todas formas voy a poner otro debajo que incumple alguna de las premisas anteriores. Para contradecirme un poco.
[El huerto, Harry, no meseorvide del huerto, por lo que más quiera, que nos bajan los polares].
Oiga, sí. Además salen entre el público unos señores así como tope beats hamburgueses que molan mazo.
Oiga, Arkab, que no es por hacerle de sufrir, pero que si ha visto mi banderita de Bangalore, Karnataka y mi alta concentración de banderitas argentinas en mi fiji.
Gracias por recordármelo, Harry, desde que me di cuenta no hago otra cosa que de morderme y de morderme los muñones.
Oigan, ustedes cuando pinchaban singles ¿cómo ponían el pirindolico redondo del centro que los sujetaba, parriba o pabajo?
Yo los ponía pabajo, o sea, con los pies hacia abajo, o sea, con la convexidad hacia arriba y la concavidad hacia abajo. Vamos, como venía en las fotos de publicidad de tocadiscos. Si eso era lo bueno o no tan bueno, eso ya no lo sé. También a veces ponía un hierrote que se pinchaba justo en el agujero del palito del pirindolico y entonces podías poner una jartá de elepés todos juntos y pegados e iban cayendo según se acababan. Era algo grande aquello. Claro, ahora con la cosa del MP3 como que no se valora.
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