I've Got a Secret





John Cale was the guest on this September 16, 1963 episode of I've Got a Secret. His secret centered around his participation in an 18 hour 40 minute piano performance, the first full length presentation of Erik Satie's "Vexations" held at the Pocket Theater. (Not mentioned, pianists John Cage, David Tudor, Christian Wolff, Philip Corner, Viola Farber, Robert Wood, MacRae Cook, David Del Tredici, James Tenney, Howard Klein (the New York Times reviewer), Joshua Rifkin, with two reserves, and with Cale all took turns playing the piece that is three lines long, the required 840 times on September 9, 1963, from 6 p.m. to 12:40 p.m. the following day. John Cage was the fifth of the many pianists who followed after John Cale who was, of course, the fourth. More importantly, Cage arranged for the entire performance having been introduced to this music while in Paris in 1949. A page of sheet music of the piece was lent to him by Henri Sauguet, and Cage kept a photostat of it with him then, finally performing it 14 years later. I read of this in David Revill's book "The Roaring Silence.") Seated also on the I've Got a Secret stage was Off Broadway actor, Karl Schenzer, who's secret was that he was the only person to stay for the entire piano concert.

In early 1965, John Cale co-founded The Velvet Underground with Lou Reed.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas