Cocina, Ciencia y Logia




Atentos que vuelve hoy la sincronicidad junguiana. Como sabrán, Tom Cruise estuvo aquí en Sevilla hace unos días. Mientras algunos tuvieron la gloriosa suerte de verlo obligatoriamente en alguno de los múltiples atascos que provocó el rodaje de su película en la ciudad, servidor coincidió con él, su esposa, Katie Holmes, ese engendro que es ya Cameron Diaz y otras cuarenta mil personas en un partido de la Champions del Sevilla contra un equipo escocés y protestante (observen que introduzco la religión para compensar la tensión sexual provocada por la aparición del matrimonio Cruise en el relato). Por otra parte, en un arrebato de originalidad, ayer me fui a ver con mi hijo pequeño Avatar, una mezcla en minipímer de Titanic, El Señor de los Anillos, El Laberinto del Fauno, Dune, Apocalypse Now y el Informe Anual del IPCC. Por último, acabo de ver que hoy Badil ha puesto en su blog una bonita entrada de inventos holandeses. Total, que me he dicho para mis adentros «esto se merece un homenaje, en entrada mangurrina, a la teoría de la sincronicidad junguiana». Et voilà: arriba una foto del invento con el que L. Ron Hubbard demostró que los tomates sufren cuando son cortados en rodajas y debajo una receta culinaria sobre cómo preparar placenta al modo australiano.

Placenta picante australiana
Ingredientes (para 2 personas):
# 250 gramos de placenta humana fresca, cortada en tiras finas (aproximadamente la mitad de la placenta de un bebé de 2,8 Kgr. ó 1/3 de un bebé de 4,1 Kgr). Si su matrona, o la de su señora, es de confianza, aproveche y pida también el cordón umbilical.
# 1 cebolla
# 2 dientes de ajo picados
# 1 cucharada de aceite de oliva
# romero
# sal
# pimienta
# comino
# fideos de arroz
# chile rojo (ojo, que esto no es una canción de Víctor Jara sino una guindilla)
# chalotas
Preparación
1. Cocine la cebolla en aceite de oliva hasta que esté transparente.
2. Añadir el ajo picado.
3. Mezcle todo con la placenta (y el preciado cordón umbilical si lo ha conseguido).
4. Saltee todo rápidamente.
5. Añadir una pizca de romero fresco y 1 ó 2 cucharaditas de comino.
6. Añadir una pizca de sal y pimienta molida al gusto.
7. Colocar sobre una cama de fideos de arroz y adornar con rodajas finas de chile rojo y las chalotas.

Piscina nocturna




Esta mañana me compré en el Decathlon un gorrito negro de licra y unas gafitas y esta tarde noche me he ido a la piscina del gym a estrenarlas. Como es Navidad y eran las ocho y cuarto de la tarde ─los sábados cierran a las nueve─ la piscina estaba vacía, salvo los dos monitores guardianes. Me he duchado, me he puesto el gorrito negro de licra y las gafas con destellos azules y me he sentado en un banco. Los dos monitores, uno a cada lado de la piscina, en diagonal, me miraban mientras yo pensaba por qué calle iba a nadar. Elegí la última, justo en la diagonal contraria a la de los monitores guardianes a punto de terminar su jornada. Empecé a nadar en crol, chaf-chaf-chof y aire, y color azul debajo, hasta que crucé los primeros veinticinco metros. Puse la mano en el bordillo para dar la vuelta y vi las chanclas del monitor que había cambiado de diagonal. Giré, nadé de nuevo en crol en sentido contrario (en otro caso no habría girado, claro está), chaf-chaf-chof y aire, y color azul debajo, veinticinco metros más, mano en el bordillo y chancletas del otro monitor. Me incorporé y me senté al filo mientras los dos monitores parsimoniosos volvían a cambiar de diagonal. Miré el reloj. Las ocho y cuarto pasadas. A casa.

CrassZorro




Esto de molestar inconscientemente a los demás me deja hecho un higo. Cuando uno lo hace adrede contra su enemigo de toda la vida ─un poner, cuando digo «ya quisiera para sí un velocirráptor las patas de gallo de Esperanza Aguirre»─, se queda uno incluso relajado; pero esto de meter la gamba en casa de un amigo te deja a hecho una mierdecilla. En fin, que tras el incidente me he dicho «pues que voy a poner una entrada para olvidarme de todo, pues». Y aquí estoy para decirles que a través de lady in the radiator he llegado a CrassZorro. Un inciso, lady in the radiator es una señora, o señor, o lo que sea, que tiene una casa que hay que ver y escuchar todos los días. ¿Todos los días? Sí, todos los días. Yo lo suelo hacer a primera hora de la mañana. Me levanto, miro si me ha tocado la primitiva en el ordenador y si no me ha tocado me pongo y veo lo que ha puesto lady in the radiator en su blog. Que me ha tocado la primitiva, pues veo lo que ha puesto lady in the radiator primero y después ya me voy a cobrar la primitiva. Eso sí, como ya le dije a ella, o a él, o a lo que quiera que sea, unas veces me deja agustico y otras muy nervioso. No hay término medio. Bien, por una de sus entradas llegué a este tipo que se llama CrassZorro que tiene cosas muy interesantes como la que puso lady en su día o cosas musicales como ésta que pongo yo de Washington Phillips que se llama «I was born to preach de gospel» (Circa, 1928) que al menos me ha hecho olvidar esta estúpida y lluviosa tarde.
Pero si no les gusta la música ésta, también pueden ver un Abecedario incompleto preciosisísimo. Y en la G del Abecedario, un gatete simpático como los de David Vela.

Para vosotras, todas





¿Se acuerdan de que este mes estaba de promoción del disco de Bigott? Pues ahora, además, estoy de promoción del vídeo de Deneuve del tema Para vosotras, todas (Pk., hija, perdona pero es que estoy actualizando el blosj y me debo a mi público, incluido el femenino), del álbum El codazo de Tassotti, dirigido por Paloma Zapata y producido por La Fábrica Naranja -a ver si un día les cuento la receta de mermelada de naranja amarga que prepara mi Pk., si es que antes no vienen los ingleses y se la cuenta ella directamente a todos por la BBC; qué cosa más rica, oigan- para Grabaciones en el Mar. Pues eso, un vídeo precioso con todos los tipos de letra menos la Hobo. No, tampoco sale la Algerian, Miguelgato. Ole.

De los segundos




─Oiga, Arkab, ¿y el creador de la Algerian?
─También, Miguelgato, el creador de la tipografía Algerian también les desea Felices Fiestas, a usted y a Tauste entero.
─Ah, pues me quedo mucho más tranquilo.


Bigott




Como ya sabrán, y si no lo saben se lo digo yo en estos momentos, estoy de promoción del último disco de Bigott ─si tienen tiempo, observen la broma que les gasta el dueño de la discográfica que les dice que pulsen sobre la portada del disco para ampliarla y cuando pulsan les sale hasta más chica: jodíos, si queréis ver la portada de verdad comprad el disco que sólo vale cinco euros en cartoncillo─, ¿dónde estaba?, ah, sí, que estoy de promoción de Bigott, que es algo que hago todos los años con el grupo musical que más me gusta en el puente de la Pureza y pues que le ha tocado este año a Bigott. Para ilustrar, valga este trozo de la entrevista que le realizaron en yellowmelodies en 2007:
[...]
─¿Qué opinas de los siguientes grupos? EL NIÑO GUSANO...
─Agárramela con la mano.
[...]


Mi mujer y la fruta de temporada




Anagadner, que no tiene blosj, o mejor dicho, que tiene un blosj itinerante, que es como Dios que está en todas partes, ha tocado en la entrada anterior un tema fundamental, a saber: si tiene usted pareja, y ésta es femenina, en su casa siempre se comerá fruta de temporada. Ojo, que esto no es un tema banal, que es una cuestión que ha sido tratada en profundidad por el científico cognitivo de origen nepalí ─y a la sazón, gran seguidor de Steven Pinker, con el que colaboró como becario en Montréal─ Rofno syr Rah. En un artículo publicado en la revista SDW, R. syr Rah escribió (la traducción es mía):
Además [mi señora] me sacaría el tema de las frutas de temporada. Ella insiste en que las frutas tienen temporadas y yo le respondo que vale que bien, pero que no es para tanto, que desde que Colón descubrió América el asunto de las temporadas se diluye como las gotas de lluvia al caer en el mar. Pero ella sigue con el asunto de las temporadas. Compro un algo, lo pruebo y digo «pues no está muy allá» a lo que ella responde ufana: «claro, es que no está en temporada». Le digo que no, que es de Perú y me dice «ya, pero no están en temporada». Luego, si compras algo que sí que está en temporada y no está muy allá dice «ya, pero es que ya la temporada se está pasando» o «bueno, pero es que aún no es la temporada de los buenos buenos» a lo que le pregunto «¿pero cuándo es la temporada pues?» y ella me responde «pues más tarde» o «pues más pronto». Ahora supongamos que algo que compro está bueno, pues dirá «es que se ha adelantao la temporada». Supongamos que compro dos días después lo mismo y da la casualidad que esa fruta no está muy allá, dirá «es que ya se le ha pasado la temporada». (Scientific Discovery of the World, Circa, Sept 2007).
Más verdad que un santo dice este hombre.
En la imagen superior, una señora vendiendo frutas y hortalizas en la casapuerta de la Casa de los Leones de El Puerto de Santa María, Spain.

Pedro Infante





Hoy celebramos, en este su blosj de escasa confianza, el cumpleaños de Pedro Infante que nació, como todos ustedes sabrán, un día tal como el pasado 18 de noviembre. Es posible que ustedes piensen como otras personas que lo suyo sería celebrar mañana el día de Jorge Negrete, por ejemplo. Bien, yo no me opongo; celébrenlo si les apetece, pero a mí me gusta más Pedro Infante, ¿qué pasa?

El conejito burlón




[...]«El titular periodístico a propuesta de los políticamente correctos sería algo así como que “Los animales del bosque hacen ‘mobbing' a un conejito”. Si el conejito sacaba la lengua a los demás debía de ser cosa de un fracaso social, un complejo de la infancia o una patología que necesitaría la asistencia de psicólogos, psiquiatras y grupos de atención al menor coordinados desde la Dirección General de su comunidad autónoma. Pero nada de hacerle de menos.[...] Incluso se preguntarían por qué es conejito y no conejita, que es una duda en la que se emplea mucho tiempo y dinero en los tiempos que corren». A. Botella ironizando en su interpretación del cuento «El conejito burlón» en su nuevo libro de cuentos comentados, mientras sumas y restas peras con manzanas y tal, «Cuentos de Navidad», Ed. Planeta. 2009.

Ejercicio de observación: La foto e ilustración de arriba muestran a Sally Dubersson en 1965, teniendo en cuenta que en enero de dicho año posó para la revista Playboy, independientemente de si es usted políticamente correcto, o de si es adicto al tabaco, o de si se va a comprar el libro de A. Botella a sus hijos y/o nietos para las entrañables fechas navideñas que se aproximan, adivinar el número de conejitos y conejitas que aparecen en la imagen.

San Francisco, 1905



Lo siento, pero no hay manera de ponerles el vídeo de forma directa. Tengo que hacerlo mediante este enlace a la página. Sólo tengo dos lugares recurrentes en mis sueños ─y no como Harry Sonfór, que es un no parar de soñar─, que son el puesto de conductor de tranvía en San Francisco en 1905 y la cama de Hyapatia Lee en cualquiera de sus películas.

Monitos contra perretes





El perrito de las praderas




El perrito de las praderas (Cynomys Ludovicianus) es un mamífero terrestre perteneciente al orden de los roedores y al suborden de los esciromorfos. Aunque lo parezca, no está emparentado con los perros, sino con las ardillas terrestres y arborícolas. Perritos de las praderas los hay de cinco tipos: Perrito de las praderas de cola negra, Perrito de las praderas de cola blanca, Perrito de las praderas de Gunnison, Perrito de las praderas de Utah y Perrito de las praderas mexicano ─Harry Sonfór seguramente se estará preguntando si existe la variedad Perrico de las praderas de Pedrola; lamentablemente la respuesta es negativa, no existe el Perrico de las praderas de Pedrola─. En su lugar de origen los perritos de las praderas viven en grandes colonias, en territorios familiares en los que suele habitar un solo macho con varias hembras y sus crías, como tiene que ser, eso sí que es diseño inteligente: un solo macho, varias hembras, resuelto el problema del «hoy no, que me duele la cabeza», bastante común en las hembras de perrito de las praderas. El perrito de las praderas suele alcanzar aproximadamente un tamaño de entre 28 a 33 cm. (sin contar la cola, digo el rabo, bueno, ya me entienden) y un peso aproximado de entre 700 a 1500 gr., y su alimentación se compone de hierbas, plantas silvestres, heno, verduras, fruta y grano. Alcanzan su madurez sexual alrededor de los dos años y tienen una esperanza de vida de entre 8 a 12 años.

En la foto de arriba, un perrito de las praderas en actitud cariñosa. En la foto de abajo, un perrito de las praderas en actitud ofensiva. Esta última foto se ha obtenido de aragosaurus, una página en la que encontrarán muchos fósiles y también una tesis doctoral de un señor que se llama Mario a la que ha puesto uno de los nombres de tesis doctoral más bonitos de leer que yo he visto en mi vida: «Paleohidrología y cambios climáticos abruptos en el NE de la Península Ibérica durante los últimos 21.000 años: el registro lacustre de Estanya (Huesca)». No me digan que no quedaría bonito el título para una película de Indiana Jones o para un libro de Dan Brown, El registro lacustre de Estanya. A mí me gusta. Hala, pues ya está actualizado el blosj, que hay que ver lo que me cuesta últimamente.



Aquel disco de la familia Augsburger




«No puede decirse que Jesus, The Joy of Living fuese una de nuestras mejores grabaciones. Recuerdo que aquella semana a mamá le dio por cambiar las cortinas del salón y después se pasaba todo el santo día dale que te pego a la máquina de coser. Sí, mamá estaba en aquellos días más por el corte y la confección que por los ensayos del disco y... no, no fue nuestro mejor disco, para qué vamos a engañarnos». [Confesiones del hijo de la familia Augsburger a la revista parroquial de Circa, 1977].

Tributo





El blog de Harry Sonfór, Cambio Radical, va a celebrar próximamente la llegada a las 45.871 visitas y por tal motivo va a organizar una gran fiesta de despendole total. No se la pierdan.

En la foto, Harry Sonfór a la espera de que su blog alcance próximamente las 45.871 visitas. Alguno se preguntará acerca del extraordinario parecido de Harry Sonfór con Eugen Sandow (1867-1925). Claro que sí, es que Harry es de natural muy fotogénico y a ello añade haber sido dotado por el Altísimo con una constitución mesomorfa para envidia cochina del resto de hombres que pueblan el universo.

De cómo se ganó Leslie Groves la confianza de Robert Oppenheimer




Leslie Groves conoció a Robert Oppenheimer en Berkeley en octubre de 1942 durante su primera visita de inspección a los principales laboratorios. Los dos hombres ─Leslie, a pesar de su nombre, no sólo era hombre, regordete, eso sí, sino además muy macho y General del ejercito americano, como Dios manda─ no podían haber sido más distintos: Groves era un bulldozer humano de enorme sentido práctico; Openheimer un sofisticado intelectual. Se gustaron, en el buen sentido, un día que Groves le contó a Oppenheimer lo siguiente: «En cierta ocasión, que viví personalmente, dos albañiles andaluces emigrantes estaban subidos a una guindola reparando la fachada de la planta trigésimonovena de un edificio neoyorkino, cuando uno de ellos le dijo al otro “Quillo, Jesules, en el edificio de enfrente, en la planta décimoquinta, hay una mujer que se está desnudando ahora mismo y no veas cómo mestá poniendo”. El compañero, contrariado, y algo salidillo, todo hay que decirlo, respondió con aspavientos “¿Dónde, dónde, dónde?”. El movimiento que imprimió fue suficiente para que la guindola volcase y los dos albañiles emigrantes andaluces en Estados Unidos de América cayeran gritando “Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh”, grito sólo interrumpido en su caída en la planta décimoquinta, y al unísono, por “Aaaaaarrrrrgggggg, tía bueeeeeeenaaaa”, antes de morir empachurrados contra el suelo.». Después de escuchar este relato, Oppenheimer ya no se pudo resistir y aceptó dirigir el proyecto Manhattan.

El hogar de Benny y Frida




En 1974, Benny y Frida mostraron por primera y única vez su hogar al resto del mundo. En la primera foto, Frida observa con cara de compasión a Benny mientras éste le toca las teclas, del piano, y pone carita de cordero degollao. Pantalones de campana los ha llevado hasta Spanique, no sé por qué no debería llevarlos, decorados como Dios manda y en su juventud, la que hoy es Princesa. Lo demás, moqueta, tazas, bombo y taburete en falsa piel de vacuno, a juego con las cortinas, suministrado todo ello por Ingvar Kamprad, que por algo son suecos ─que no se rebote nadie que todavía hoy pueden ser encontrados estos objetos en Polígono Industrial El Valero, S/N; 41950 Castilleja de la Cuesta (Sevilla); teléfono 902 400 922 [de nada, Ingvar, hoy por ti, mañana por los niños de Eritrea, a ver si te acuerdas]─.

La segunda fotografía del hogar de Frida y Benny en 1974, entrañable como no podía ser de otra manera, muestra a los mismos celebrando con vermú aragonés lo bien que les iba como pareja. La razón de la adicción al vermú aragonés de esta pareja es desconocida. Algunos entendidos apuntan a un viaje relámpago que realizaron por aquellas tierras. Observen si no, a uno y otro lado de las ventanas, y verán que no les miento con lo de la adicción al vermú aragonés de esta simpática pareja de suecos.

Serendipity cervecera



«Los vasos perfectamente alineados en la mesa contienen cerveza para los pobres hospicianitos sin sonrisa, de exacta indumentaria y pelo tan rapado, en evitación de piojos y tiña, que todos parecen rubios. No aparentan tener más de seis o siete años, pero seguramente eran algo más mayores, porque no habría presupuesto para que tomaran Calcio 20, Ceregumil —invento, por cierto, de un boticario granadino en la primera década del siglo XX—y menos aún yogures o leches recalafateadas con vitaminas, minerales y pócimas de nueva factura con avales químicos para fortalecer cerebros y huesos. Repetimos, es cerveza lo que van a degustar los niños en el Hospicio Provincial de Sevilla en el caluroso, y de republicano corte burgués, agosto de 1933. Un establecimiento saturado, cuyo cupo había aumentado el gobierno y que en esas fecha acogía a 1.066 personas, incluidos ancianos y algunos sordomudos y ciegos. Paradójicamente, sólo cinco meses antes, y después de trece años, empezaba a sucumbir la famosa Ley Seca en Estados Unidos y se permitía la cerveza al 3,2 por 100 de alcohol. La curiosidad nos lleva a pensar en cómo asimilarían aquellos hospicianos menores el pedazo corto de cerveza que se llevaron al coleto».

Este texto extraído del famoso libro de H. O'Pettas (Circa, 1881-?) «Tribute to my lighthouse, my guide and my pastor» ha sido recuperado por Aurora Flórez ─probablemente una tarde de verano a cuarenta y cuatro grados o'clock─ y publicado el pasado día 29 de julio en el ABC de Sevilla. La coletilla que le pone Aurorita («El marco de la actualidad nos hace preguntarnos por la reacción del Gobierno y su intervencionismo en la salud ajena en silogismos al gusto y al interés de quienes manejan al cansado y adormilado votante. Los tiempos cambian, van y vienen, acabarán otra vez, extravagantemente, retorcidos sobre sí mismos») apesta a tufillo pepero, lo sé. Y la foto se ve muy nítida, vale, que para eso tienen en el ABC de Sevilla acceso al archivo de Sánchez del Pando, al parecer. Pero no es más grande, ni más primorosa, que ese Avedón creado por mi Harry el pasado 24 de julio.

Que no, Aurora, que no; que lo que hace mi Harry, no lo mejora ni Sánchez del Pando en vida. Que no, que te lo digo yo. Que no.



Niños del Hospicio Provincial de Sevilla degustando las propiedades de la cerveza, Agosto de 1933.




Así tituló esta foto Sánchez del Pando, recordarán que ya les hablé de ella. Bien, aquí la tienen. He tenido que hacerla con el móvil en la Cervecería Triana de Sevilla, una de mis favoritas como saben ─al igual que con el resto de cervecerías del mundo donde sirvan buena cerveza, tengo cierta atracción magnética hacia ellas, es algo que Dios Nuestro Señor, en su omnisciente inteligencia diseñadora, creó en mi ser─, y ello es debido a que no hay huevos de encontrarla como yo querría por esos mundos de internet. No pasa nada. Mi querido Harry Sonfór seguro que toma la foto y le hace tres arreglos que levantarían al mismísimo Sánchez del Pando de su tumba para darle las gracias, con el permiso de sus herederos, claro. Pero yo no doy para más. ¿Qué reciben ustedes a cambio? Bueno, si hacen click sobre la foto podrán ver a ese niño del primer plano, de apenas cinco años, y ya con barriguita cervera, con esa pose como diciendo con acento alemán »Trae pacá, carajaula, que es lo más fresquito que voy a tomar en los próximos tres años«. También pueden ver que en la pared de atrás hay azulejos de Mensaque, algo muy típico de los locales sevillanos que, como todo el mundo sabe, fueron ideados para que yo me esté cagando en los muertos del que inventó los azulejos de Mensaque todos y cada uno de los días de mi vida y, especialmente, cada vez que los veo; hay también unas luces fluorescentes arriba, no son de la foto, no estaban en la foto de Sánchez del Pando; podríamos pensar que son los fluorescentes de la Cervecería Triana, podría ser; y el señor que se refleja bajo el brazo del hombre que da la cerveza al niño, hasta podría ser yo, pero no, no liemos más el trasunto fotográfico, que ya tenemos bastante con esas hadas del bosque que parecen revolotear sobre el fluorescente, con los 328 gnomos escondidos en el barreño del señor de la derecha y con los ángeles del Señor que, como todos bien sabemos, ocultos en alguna parte, cuidaban de cada una de las criaturas que en fila degustaban cerveza en el Hospicio Provincial de Sevilla en agosto de 1933.

Sobre The Stranglers, Paquirrín y JM-



Manda huevos que acabo de ver a Paquirrín en la tele y en un momento que le han puesto de fondo musical en el reportaje el «Golden Brown» de los Stranglers para animarlo a sabe Dios qué cosas que seguramente no le permiten su religión, ni su madre, ni su padre, que en paz descanse, si le dejan, me he acordado de otra persona que se llama JM-, bueno se llama más cosas, pero yo sólo lo conozco por JM-, y porque hace unas fotos cojonudas y porque escribía los mejores textos extraños que uno se podía encontrar a altas horas de la noche por esos foros del Señor. Buena gente, el JM- éste, con el que coincido en el gusto por los Stranglers. Hay otro vídeo del tema en el que salen incluso camellos corriendo por el desierto que vendrían mejor a este blog de la franquicia sepia, pero ése lo buscan ustedes o le dicen a sus cónyuges que se lo busquen y se lo pongan, que ya se va mereciendo usted un ordeno y mando: «Oye, que me busques y me pongas el Golden Brown de los Stranglers que salen los camellos corriendo por el desierto y de paso una caipirinha bien hecha, ojo, bien hecha, joer». Pero esto se lo dicen si ya llevan todo el día viendo al cónyuge o la cónyuja que no se cosca en el sofá mientras usted está en un ir y venir todo el día de hacer de las camas, de prepararle a los niños los bocatas para la piscina, de hacer un pedazo de kirch que no se la jama un galgo y de estar en un «ay que Alonso no va a pasar de séptimo el pobrecico mío y al Verdasco ése le hacía yo un hijo ahora mismo con toda la nariz fea que tiene el angelico». Hay que ver el partido que se le puede sacar a Paquirrín, que selosjuro que le han puesto el «Golden Brown» de fondo musical. Que sí, que lo he visto yo.


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Harry Sonflynn, El Hombre





Harry, los jerbos egipcios



Harry, los jerbos egipcios; no nos olvidemos de los jerbos egipcios, que hay que quererlos mucho. Los jerbos egipcios, lo mejor para olvidar El Rocío. Que usted tiene un amigo que le invita a ir a El Rocío, pues no, «que no puedo ir que le tengo que dar de comer al jerbo egipcio». Que usted tiene una amiga que le invita a hacer el camino ─no, el de Monseñor, no; el otro, el de El Rocío─ pues tampoco, «que no puedo ir, que le tengo que dar de comer al jerbo egipcio». El jerbo egipcio, lo mejor del mundo contra El Rocío.



Juan Belmonte




Estoy buscando una foto de Sánchez del Pando que se llama «Niños del Hospicio Provincial de la ciudad de Circa de Sevilla degustando las propiedades de la cerveza. Agosto de 1933», pero, oigan, que no hay manera. Con lo bonita y enternecedora que es. Así es que traigo a Juan Belmonte fotografiado por Sánchez del Pando cuando hacía la mili Circa de Sevilla en 1912. Ay, qué disgusto que tengo que no encuentro el retrato.

Juegos del Señor



Rodolfo se encuentra en un viaducto sobre las vías del tranvía y puede ver que el tranvía que se aproxima al puente está fuera de control. Sobre la vía hay cinco chimpancés destripados por un tranvía que acaba de descarrilar, pero también una señora que se llama Ana Roza que esperaba en la vía contigua un AVE para ir a la Feria de Sevilla, los márgenes son tan empinados que Ana Roza no logrará salir de la vía a tiempo. Rodolfo sabe que la única manera de detener un tranvía fuera de control después de un descarrilamiento es lanzar un objeto muy pesado a su paso. Pero las únicas cosas disponibles y lo bastante pesadas son o bien a cinco ecologistas enjutos y delgados ─a todos juntos y a la vez, claro─ que transportan a una hembra de tapir malayo (Tapirus indicus) embarazada a un zoológico cercano para que tenga un parto decente y como Dios manda o bien a la hembra de tapir malayo embarazada. Rodolfo puede empujar a esta hembra de tapir malayo embarazada al paso del tranvía, y matarla; o bien hacer un paquetito con los cinco ecologistas enjutos y delgados que la cuidan y empujarlos a la vía, y matarlos; o bien abstenerse de hacer cualquier cosa de ellas, consiguiendo de esta manera que Ana Roza no vaya a la Feria de Sevilla este año y nunca más, para los restos de los restos.
¿Es moralmente lícito que Rodolfo haga algo, cualquiera que sea la cosa que haga?


H. O'Pettas. «Tribute to my lighthouse, my guide and my pastor». (Página 103).

Cambio de vías




En la fotografía (Circa, 1967), unos operarios realizan un cambio radical de vías y consiguen salvar la vida de un señor trajeado que se dirige, displicente, al final de su jornada laboral, a casa para desgranar unas habas ─que cultiva primorosamente en su huerto familiar─ con las que improvisar un guiso de habas frescas desgranadas con senderuelas (para envidia y escarnio hoy de Adrià, Aduriz, Roca y Arzak) que degustar junto a su amada esposa mientras ven la película de Pauline Marion Goddard Levy, Paulette Goddard,«Memorias de una doncella», de Jean Renoir, en una flamante pantalla de plasma plasmática de la muerte, pero de las de entonces. No obstante eio, observen en la fotografía cómo uno de los operarios no colabora en la maniobra y se marcha enfadado porque la misma supondría, como así fue, por cierto, que el tranvía que se aproxima a lo lejos matase a cinco personas obesas que se manifestaban atadas con cadenas a la vía un poco más allá, fuera de plano, contra la comida vegetariana austera bajo el lema «la vida sin pringá, ni es vida ni es ná».
[Sacado del libro «Tribute to my lighthouse, my guide and my pastor» de H. O'Pettas (Circa, 1881-?)].

Pirineos Sur 2009





Crítica artística del cartel:

Se trata de un diseño democrático que supone «belleza para todos», reconociendo sin ambages las influencias, principalmente, de la tradición modernista aragonesa. Me gusta.
M.


Durante mi ausencia




Durante estos días de ausencia han ocurrido muchas cosas. Me ha crecido un miembro fantasma supernumerario, se trata de un nuevo brazo que parte del codo izquierdo y que me permite al mismo tiempo tener una taza de café en la mano derecha, un cigarrillo en la mano del brazo izquierdo antiguo y escribir con la mano del nuevo miembro fantasma supernumerario. Sigo siendo, pues, zurdo. Además, he tenido la oportunidad de visitar la tumba de Kapitsa, en un descuido del celador dispuse sobre ella varias miniaturas de hierro y comprobé que, como me habían contado, se movían alegremente tal que si estuviesen vivas. Puede que la superfluidez del helio fuese algo trascendente, pero a mí me parecen mucho más divertidos los campos magnéticos de potencia creciente; yo soy así. Gran tipo este Kapitsa, sí. También me he convertido en usuario de un juego de rol del que omitiré su nombre. Los jugadores se citan en el Salón de Plenos de la Citizen Golden Tower, en la ciudad de Circa, y se encuentran con una gran ruleta de la fortuna, con su abecedario en primorosas letras doradas ─elzeviriano, caja baja─, que es girada una sola vez por una encantadora azafata que más pareciera una enfermera de la Armada. Si tu nombre no comienza por la letra que salga y, simultáneamente, no dejaste los estudios de Filosofía y Letras en tercero de carrera, te introducen en una cápsula de criogenización y te archivan en un gran almacén subterráneo. Sólo te dejan participar una vez. Durante estos días de ausencia me han ocurrido muchas cosas que ya iré contando.

Felicidades Norah



Aproveche y felicite desde aquí a Norah Jones por su cumpleaños. Norah Jones, lo más grande.

Manual de Instrucciones




Para una mayor garantía del mantenimiento de la preservación cadavérica, proceda al eviscerado del cuerpo sin incisión abdominal mediante enema licuefactor de acuerdo con el segundo método de Herodoto: 1) Llenar las jeringas de aceite de cedro; 2) Inyectar por el ano impidiendo el retroceso del líquido; 3) Salar el cadáver durante los días prescritos; y 4) Extraer del vientre el aceite de cedro antes introducido. El truco está en que el poder del aceite permite sacar disueltos en el mismo el intestino y las vísceras. Las carnes las disuelve el natrón, quedando del cadáver sólo la piel y los huesos. Una vez que han hecho tales cosas, se entrega así el cadáver, sin ocuparse de nada más. No queda el muerto de forma tan lujosa como con el primer método de Herodoto, pero la tarea se realiza de forma rápida, práctica y sencilla. Advertencia importante: Asegúrese de que no le dan sirope de arce en lugar de aceite de cedro en el Mercadona de su barrio.

Diccionario de Lühö



Hoy se inaugura una nueva sección en éste su blosj querido del Mangurrino. Se trata de la primera entrega del Diccionario «Andaluz ─ Resto del Mundo / Resto del Mundo ─ Andaluz». Va para todos ustedes mis amigos fieles y, en especial, y sin ningún ánimo de acrecentar sus colmillos, para mi querida Badil, a quien me permito recordarle que aquí ya tenemos veinticinco grados en tol cogote y que el chanquetillo humea por entre las sombrillas de las playas nuestras éstas, desde Ayamonte hasta Garrucha; e igualmente, no podía ser de otra manera, para mi no menos apreciado Trikki, quien seguro esconde su nerviosismo, cercanas las fiestas de Santa Rita Barberá, dando los últimos retoques a su vestido de Drag Queen Fallera Major y pensando al mismo tiempo en ésas sus tierras vacacionales de olivos jiennenses de Jaén, aceituneros altivos. A lo que vamos: primera lección, futbolística como no podía ser de otra manera en noche de Champion League.

Andaluz: Töi ähta la pimporreta elnaï derrül.

Resto del Mundo: Es un futbolista carismático, con un corazón enorme; su personalidad marca a los demás. Siempre asume su responsabilidad y su entrega jamás desfallece. Raúl atesora todas esas virtudes y alguna más por su mayor experiencia. Lo conozco desde que tenía 14 años y estaba en el infantil del Atlético. Siempre destacó por su carácter. No me extraña que siga jugando; es ganador desde niño.

¡Vota por Melody, pero ya!



Con Vivancos o sin Vivancos, pero vótala YA. Tiene una cara un poco difícil de explicar, pero ¡VÓTALA YA! Ahora, un vídeo -o video, para ti también, hermano allendelmar- de promoción.




Desmontando el mito de Flipper




Es posible que usted haya oído hablar de la delfinoterapia, una técnica de curación basada en los poderes ocultos del sónar de los delfines que, supuestamente, al igual que si de una ecografía se tratase, le auscultarían, le diagnosticarían su enfermedad y le curarían la dolencia milagrosamente utilizando el ultrasonido. Pero aquí estoy yo para contarle que la eficacia de la delfinoterapia es equivalente a la de la acupuntura, a la de la homeopatía e, incluso, no lo dude, a los rezos del rosario en la basílica de San Pedro. Pues mire, no; la delfinoterapia es un bluf porque el sónar del delfín no funciona en cautividad con tanto rebote entre las paredes del vaso de la piscina, lo mismo que pasa con los espejos que se reflejan en espejos. Es decir, que el delfín ni le diagnostica, ni le cura; pasa de su enfermedad porque no se entera de nada y, probablemente, tras su aparente sonrisa fingida ─no tienen músculos faciales, por eso parece que se ríen, pero no, siento darle el día, no se ríen los delfines─ lo único que quiera el animalito es rozarse lascivamente intentando copular con usted o al menos masturbarse compulsivamente frotándose contra su pierna o su espalda, que de eso saben un huevo. En fin, que si usted quiere ir a una sesión de delfinoterapia, vaya; dese un buen baño y observe el culo prieto del adiestrador de delfines o los pezones enhiestos de la simpática adiestradora, según le apetezca, pero no pretenda que el delfín le cure nada. Claro que, bien pensado, peor sería la mofetoterapia. En Sevilla, a dieciséis de febrero de dos mil y nueve, cumpleaños de Ricou Browning.

Carta al Juez




Sr. Juez:

No culpen a nadie de mi muerte, ha sido un acto voluntario largamente meditado esta mañana mientras intentaba reparar la bicicleta de nuestro hijo. A él le pido disculpas por no haberlo conseguido, tendrá que llevarla al taller. Confío en que mi mujer ya no podrá pagar la enorme hipoteca que firmamos y doy por descontada su insolvencia para hacer frente a las deudas del ruinoso negocio que regentamos. Una última cosa: que nadie se extrañe por el paquete de gelatina en polvo que he dejado abierto sobre la encimera de la cocina, está ahí sólo porque no quería morirme sin probarla al menos una vez en la vida. Demasiado insípida la gelatina para mi gusto.

Atentamente,

H.

Hopetas




Pedazo de Hopetas que me ha hecho el Harry. Si es que lo tengo que de querer y de querer.

Las motos




─¿Qué lees? ─le digo.
─Un libro.
─Ya veo, ¿y qué libro es?
«El Zen y el Arte del Mantenimiento de la Motocicleta», de Robert M. Pirsig.
─¿Y te gusta?
─No lo sé.
─¿Y por qué no lo sabes?
─Porque no me entero de nada ─frunce el ceño.
─Verás, tienes que considerarlo como «una explicación de dos visiones del mundo diferentes, el pensamiento clásico-racional, de la ciencia y la tecnología, y el pensamiento romántico-abstracto, del arte y las pasiones, que hoy día se se nos muestran inconexas pero que Pirsig se empeña en unir empleando el término Calidad, al que considera indefinible».
─Pues vaya mierda ─parece enfadarse.
─No hombre, «es un divertimento inteligente que desmitifica a la tecnología como enemiga de la Humanidad».
─Pues sigo pensando que es una mierda de libro ─parece más enfadado.
─Léelo con atención, ya verás como te parece interesante. ¿Cómo te llamas?
─Rossi, Valentino Rossi.
─...
─Esto es una mierda. Y además no trae ilustraciones.

Las huellas


Un camello exhausto se ha desplomado en mitad de la calle, frente a casa. Como pesa demasiado para transportarlo hasta el matadero, dos hombres armados de hachas lo despedazan vivo ahí mismo. Los filos se hunden en la carne blanca, y la pobre bestia parece cada vez más triste, más aristocrática, más perpleja a medida que le cortan las patas. Por último sólo queda viva la cabeza, los ojos abiertos que miran en torno. Ni un grito de protesta, ni una convulsión. El animal se somete como una palmera. Pero durante muchos días el barro de la calle queda empapado en sangre, y nuestros pies descalzos dejan sus huellas en esa humedad.

Lawrence Durrell (Jalandhar, India, 27 de febrero de 1912 – Sommières, Francia, 8 de noviembre de 1990).

Sam El Jabonoso


«¿Es verosímil que un nabo luche por convertirse en un hombre?».

Esta pregunta la hacía de forma retórica, y con el gracejo que le caracterizaba, Samuel Wilberforce (1805-1873), obispo y, sin embargo, miembro de la Royal Society británica, un señor capaz de retorcer un argumento hasta convencer de manera muy sinuosa al público ignorante de la postura que mantenía en sus debates públicos, razón por la que fue conocido como Soapy Sam, esto es, Sam el Jabonoso. Bueno, en realidad también fue conocido así porque en esos debates tenía la costumbre de frotarse las manos como hacía, por ejemplo, Aznar intentando convencer de la existencia de armas masivas de destrucción masiva en Iraq o de que no es el padre del hijo de Rachida Dati (con el pelazo que tiene ese líder cósmico yo me lo creo todo). Bien, Wilberforce mantuvo una interesantísima controversia con Thomas Henry Huxley (1825-1895), un científico que se tomaba muy a pecho las ideas de Darwin y que se atrevía a defenderlas con enfásis y bastante sentido, científico y común, dado que aquél era más dado a entretenerse con las lombrices de tierra que a contestar a besugos como el Wilberforce. En El Tamiz─qué palabra más bonita tamiz, repítanla, tamiz, tamiz, tamiz, tamiz, hasta que pierda su significado y sólo sean fonemas, verán qué gustico que da─, ay, que me he perdido; ya está: en El Tamiz tienen disponible un excelente artículo del debate Huxley-Wilberforce, que ambos mantuvieron el 30 de Junio de 1860 en la Royal Society, incluyendo fotograbados y dibujos que se hicieron en la época. Muy bonito todo.

La fotografía de arriba, virada a sepia como buenamente he podido, es realmente de Darwin pero photochopeado con imágenes originales suyas y es la empleada para la gran exposición dedicada a él en el Museo de Historia Natural de Londres. Pueden ver el cartel en la web oficial.

Última inspiración humorística




En la fotografía podemos observar una instantánea del humorista pakistaní Choudhary Ali Jinnah escribiendo en su moleskine un chiste sobre su suegra. El moleskine pudo ser salvado ─no así el pobre Choudhary─ y hoy, gracias a la acertada traducción de mi querido amigo Harry (quien divide extrañamente sus pasiones entre el mundo de las modelos escandinavas y el humorismo pakistaní), podemos sonreír con el último chiste del simpático, y no menos gran persona, Choudhary Ali Jinnah en Cambio Radical.

Melanie Griffith




Pues nada, que al final mañana me compro la Nespresso.

Clarks shoes




Ole, ole y ole, que me acabo de comprar la mitad de mis Reyes en las rebajas y estoy muy contento. Que me he comprado dos camisas chuliguays, pero chuliguays, guays. Y, además, yo solito que hasta ahora siempre me las compraba Pk. Bueno, he tenido que llamarla al móvil para ver qué talla tengo y esas cosas (que si la XL es casi una 5, pero ojo que tienes que probarte el cuello que a lo mejor no te vale para la corbata...). Ole, y ahí están en el maletero del coche las dos. Ole. Y son de Caramelo, que es una marca chuliguay también. He llamado después a Pk. para contárselo y que me han costado 88 leuros y me ha dicho que sí, pero que ella me las habría comprado igual de buenas y más baratas. Así que los dos tan contentos, yo con mis Caramelas y ella diciendo «es que eres mu toontoooo». Ole. Y después he intentado comprar la otra mitad de mis Reyes que son unos zapatos Clarks, que esto era muy fácil porque siempre me compro los mismos, pero esta vez los quería en negro, y la señorita de la tienda me enseña unos Clarks de los que se pone la juventud, y le digo «no, los quiero como éstos que llevo pero en negro», y me dice «ah, que son de vestir», y yo «pues sí, señorita, de vestir los pieses, como éstos y en negro», y ella que es que todavía no están rebajados. «Pues vaya disgusto que me ha dado señorita», le he dicho. Habrá que esperar. Señor Clark, señor Clark, que me rebaje ya los zapatos que a ver si vamos a llegar a carnavales y todavía voy a estar sin la mitad de mis Reyes.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas