Aquel disco de la familia Augsburger




«No puede decirse que Jesus, The Joy of Living fuese una de nuestras mejores grabaciones. Recuerdo que aquella semana a mamá le dio por cambiar las cortinas del salón y después se pasaba todo el santo día dale que te pego a la máquina de coser. Sí, mamá estaba en aquellos días más por el corte y la confección que por los ensayos del disco y... no, no fue nuestro mejor disco, para qué vamos a engañarnos». [Confesiones del hijo de la familia Augsburger a la revista parroquial de Circa, 1977].

Tributo





El blog de Harry Sonfór, Cambio Radical, va a celebrar próximamente la llegada a las 45.871 visitas y por tal motivo va a organizar una gran fiesta de despendole total. No se la pierdan.

En la foto, Harry Sonfór a la espera de que su blog alcance próximamente las 45.871 visitas. Alguno se preguntará acerca del extraordinario parecido de Harry Sonfór con Eugen Sandow (1867-1925). Claro que sí, es que Harry es de natural muy fotogénico y a ello añade haber sido dotado por el Altísimo con una constitución mesomorfa para envidia cochina del resto de hombres que pueblan el universo.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas