Los Soprano, lo más grande





Estaba yo ahora mismo pegándole a esto mientras veía el capítulo séptimo de la primera temporada de Los Soprano, serie a la que me acabo de enganchar ─tardíamente, sí; no me lo repitan más─ y me debatía internamente conmigo mismo sobre qué foto de Lorraine Bracco iba a ponerles esta noche en la que el Cristo de Burgos debe estar llegando a la Alfalfa, cuando han sonado en el susodicho capítulo los Jefferson Airplane y me he dicho «pues no, que les pongo a la Grace Slick». Y ahí la tienen. Que usted es más de Lorraine Bracco, pues se aguanta que hoy toca celebrar que el pasado 30 de octubre fue el cumpleaños de Grace Slick. Que prefieren ver fotos de Grace Slick mientras le canta al diablo en plan Antonio Banderas, pues hay que darle aquí. Que quiere ver a Grace Slick hace dos años llevando por pendientes las llaves de la alacena donde la madre de Falete le esconde las magdalenas (a él y a la mismísima Grace Slick) pues le da aquí.

3 Revelaciones:

Harry Sonfór dijo...

Pues está bien guapa Grace Slick ahora. Vale, de joven es que era más que guapa. Ay, Grace Slick, qué chica más estilosa. Enamorao que me tenía de chaval, que tenía un vinilo y todo el día venga a ponerlo y venga a ponerlo.

Badil dijo...

Casi le sale un rumba a la Grace.
Le llegan a dar una botella del Fargus y la borda.

Anónimo dijo...

Pues yo soy más de Lorraine Bracco, y de talludita a ser posible, pero que de joven tampoco le pondría reparos, vamos.

OE


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas