Lo que hace el aburrimiento



En el exitoso libro de George Psalmanazar «An Historical and Geographical Description of Formosa, an Island subject to the Emperor of Japan», publicado en Circa 1700, se indica que en Formosa los hombres eran polígamos, teniendo el marido derecho a comerse a sus esposas si éstas le eran infieles. Psalmanazar decía ser el primer nativo en salir de la isla y contaba otras tradiciones de la misma, como la de sacrificar cada año a dieciocho mil jóvenes para ofrecer sus corazones a los dioses (los cuerpos se los merendaban los sacerdotes). Se especializó en la traducción de literatura religiosa al formosiano, miren la que hizo de la Oración al Señor:
«Amy Pornio dan chin Ornio vicy, Gnayjorhe sai Lory, Eyfodere sai Bagalin, jorhe sai domion apo chin Ornio, kay chin Badi eyen, Amy khatsada nadakchion toye ant nadayi, kay Radonaye ant amy Sochin, apo ant radonern amy Sochiakhin, bagne ant kau chin malaboski, ali abinaye ant tuen Broskacy, kens sai vie Bagalin, kay Fary, kay Barhaniaan chinania sendabey. Amien.»

Psalmanazar tenía el pelo rubio y la tez blanca y hablaba en un fluido latín. Se debía, decía, a que pertenecía a la nobleza, que no tenía que trabajar al sol y por su contacto con los jesuitas. Tenía una respuesta para todo y se ganó el crédito de personas influyentes, aunque algunos, como Edmund Halley lo cuestionasen. Así fue hasta que en 1706 confesó que era de origen francés y que se lo había inventado todo por aburrimiento (lo haría además en un libro póstumo publicado en 1765). El resto de su vida se la pasó estudiando teología y escribiendo y editando libros.

9 Revelaciones:

Harry Sonfór dijo...

Qué señor más salao George Psalmanazar, y qué humilde, que lo mismo podía haber dicho que había nacido en Bilbao.

Badil dijo...

Familia del Pocholo, fijo

Trikki dijo...

Oiga Arkab, que me duelen los ojos de ponerlos como la Pfeiffer.

Helter dijo...

Va, Arkab, no sea así y ponga una foto de la Pfeiffer que esté monina, que a Trikki le va a dar algo. Podría hacerlo yo en mi blog, pero es que no me da la gana.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Arkab, que ando todo el día piense piense con el asunto que decía Psalmanazar sobre su tez blanca, que era por contacto con los jesuítas. Que le quería preguntar si usted cree que en verdad es así y o si arguye más bien que fue otra mentirijilla que se sacó de la manga.

Arkab dijo...

Que va, Harry, es mi redacción. Se supone que tenía que acompañar la frase una oración o término aclaratorio. Pero oiga lo releí y me dije «me gusta la duda de qué motiva qué», es ambigüedad alevosa y premeditada para dar tensión sexual al texto.

Helter dijo...

Oiga, me lo ha quitao de la boca. Si algo rebosa este texto por todos sus poros es tensión sexual, no resuelta, además.

Arkab dijo...

Ve, Harry, Helter sí ha estado muy avispada. Lo que me extraña es que nadie me haya dicho nada del extraordinario pleonasmo que acabo de quitar cuando decía que el libro póstumo fue publicado tras su muerte. En fin, que no me echan cuentas. Vaya amigos que tengo.

Trikki, estoy pensando en poner la foto de Micaela al revés, pero por favor no intente hacer esfuerzos innecesarios, que todavía nos tiene que preparar muchas paellas (si no ocurre que los americanos le dejan sin arroz).

Trikki dijo...

Oiga Arkab, si no me molesta la foto, si es que ya no la veo, vamos ni eso no nada, se me han quedao los ojos pa desechar.

Creí que era el único que se había empalmao leyendo esto.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas