Entre las múltiples incertidumbres que acongojan al americano medio está la de plantearse insistentemente si George Washington usó una dentadura postiza de madera. De que usaba dentadura postiza no hay el menor atisbo de duda, miren si no su cara en el billete de un dólar. La sufre. La sufre en silencio. Y además dicen que apestaba (la dentadura). No era de madera, no; a lo largo de su vida utilizó varias que le fabricó su dentista John Greenwood empleando marfil de dientes de hipopótamo, morsa y elefante. Un siglo antes le habría bastado con acudir al mercado de segunda mano que se montaba tras cada gran batalla. Pero a mí, la duda que me hace estremecer viendo esta fotografía realizada entre 1910 y 1915 (
George Grantham Bain Collection, Library of Congress. Format: Glass negatives) es si se trata verdaderamente de la dentadura postiza de George Washington o de la dentadura real arrancada a su caballo.
1 Revelaciones:
Oiga, qué mal rollo da la foto esta. He intentado escribir un comentario así como más inteligente o interesante pero no me sale. Ya sé qué pesadilla voy a tener esta noche. Bueno, tendré dos, una de dientes y otra de siete puntos.
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