En las faldas de las montañas de Raikjem, en Afganistán, las mujeres de los poblados conservaban la habilidad ancestral de siglos para convertir en polvo la piedra del verde de malaquita, golpeando con suavidad para que las partículas más pequeñas no se alojasen en sus ojos y quedasen ciegas. Después limpiaban sus dedos con unas semillas de un árbol milenario para evitar que al contacto con los labios les hiciese tener alucinaciones. Desde allí, el polvo del verde de malaquita viajaría hasta las orillas del Nilo quedando impregnado en collares de escarabajos y pendientes o a Persépolis para dar color a los toros alados de sus palacios. Más tarde, maestros italianos empezaron a reconocer el verde de malaquita como materia sublime por permanecer inalterable a muchos grados de temperatura. Mucho más al norte, los monjes comenzarían a utilizarlo para conseguir derivados de la plata y el oro.
En 1518 el azulejero italiano Francisco Niculoso Pisano recibió el encargo de Joan Riero, Gran Maestre de la Orden de Santiago, para recordar la memoria del Cid de Extremadura, capitán guerrero que empujó a los moros de estas tierras y facilitó la entrada de Fernando III en el Alcázar de Sevilla. El Gran Maestre Pelay y el Almirante Bonifaz subieron por el Guadalquivir triunfantes hasta la capital del reino taifa de Sevilla. La victoria en los campos de la Sierra de Aguafría sobre los ejércitos sarracenos se adjudica a la mediación de la Virgen que permitió la prolongación del día para que los ejércitos cristianos pudieran continuar luchando («Sancta María detén tu día»). Los astrónomos árabes, sólo por llevar la contraria, habían predicho una importante tormenta eléctrica en la zona y sabían que la duración de la batalla por encima de las horas de sol era la derrota segura. Pelay Peres Correa dijo que no, que eso de la tormenta no podía ser, atribuyó el milagro a la Virgen y propuso la construcción de una residencia para los vencedores que estuviera bajo la advocación de la Virgen de Tentudía. El lugar no fue elegido al azar. Ya había sido ermita visigoda y era junto a Ponferrada, Murcia y Leyre, uno de los vértices de la cruz de los templarios.
En la foto, detalle de un mosaico de azulejos donde se puede observar el empleo del verde de malaquita por Niculoso Pisano, se trata de la imagen de Pelay Peres Correa y se ubica en el Retablo del Altar Mayor del presbiterio del Monasterio de Tentudía, obra del tan denostado hoy día, por algunos, estilo mudéjar.
Portocartoon 2019. Entrega de premios y fiesta de la caricatura
-
El fin de semana coincidente con las fiesta de San Juan de Oporto tienen
lugar la entrega de premios y las actividades ligadas al prestigioso
concurs...
Hace 5 años
10 Revelaciones:
Pues casi que mejor me callo.
En el museo de La Alcudia, en Elche, en el paraje donde se encontró la célebre Dama ibérica, se conserva una lucerna romana, restaurada, pigmentada con verde malaquita. Además, de la provincia de Alicante son famosas las tejas de Agost, pueblo alfarero por excelencia, donde se fabrican gran cantidad de tejas árabes en verde malaquita y en azul cobalto para los edificios antiguos y menos antiguos, como los chalets, etc.
Oiga, qué bonita entrada.
Ludovico, ya que he puesto como etiqueta "colores", algo habrá que buscar en azul para el futuro, bien ése cobalto que cita, bien la azurita o el lapislázuli.
Harry, para entrada la que me han dado los turcos hace un rato, que nos han eliminado de la Champion. Menos mal que a mí sólo me gusta ir al fútbol para poder comerme el bocadillo de pollo, pepinillos, lechuga y mayonesa (ella me bate como haciendo mayonesa) que me prepara Pk., que si no estaría enfadadísimo.
Desde que he escrito lo del astrónomo árabe que había predicho la tormenta no se me quita de la cabeza Mario Picazo con turbante. Voy a pensar en Rouco a ver si así se me va un poco el santo al cielo.
Huy, pues tiene usted una entrada preciosas con el amarillo, que sacaban del cromato y del antimoniuro de plomo, o del cromato de cinc, que los pobres preparadores de pinturas se ponían a morir ahí machacando y machacando pigmentos. Todos los colores, al igual que las especias, tienen una larga y compleja historia para contar. Ahora tenemos todos los colores pero ¿se imagina usted hace siglos ir por la calle y de pronto ver que su vecino ha teñido su ropa con un color que nunca antes hubiera podido imaginar en una prenda?
Oiga, lamento lo de la Champion.
Me refiero a las tejas de cerámica viriada azul, que son muy frecuentes en las cúpulas barrocas de nuestras iglesias mediterráneas. Esta cúpula es el signo de identidad de Altea, por ejemplo.
Oiga, ¿y qué tiene usted contra la niña de Rajoy? Qué habrá hecho la pobrecilla para no poder contarle su vida.
Un azul muy bonico es el azul maya, que se consigue al calentar a 150º incienso, una arcilla llamada paligorskita y hojas de índigo (eso es el azul de los vaqueros ¿no?) en un cuenco. No parece dificil. Lo malo es cuando hay que hacerlo..... Para lo de los sacrificios humanos mejor quedamos. Sóla me da repelús.
Sí, parece difícil encontrar una paligordita que se preste voluntaria.
Huyyyyy qué idea se me acaba de ocurrir relacionando la niña de Rajoy y la paligordita de Badil.
Publicar un comentario