Your place or mine?

 

Prostitute, New Orleans, Louisiana, 1912

«La vallisneria es una hierba bastante insignificante que no tiene nada de la gracia extraña del nenúfar o de ciertas cabelleras submarinas. Pero se diría que la naturaleza se ha complacido en poner en ella una hermosa idea. Toda la existencia de la pequeña planta transcurre en el fondo del agua, en una especie de semisueño, hasta la hora nupcial en que aspira a una vida nueva. Entonces la flor hembra desarrolla lentamente la larga espiral de su pedúnculo, sube, emerge, domina y se abre en la superficie del estanque. De un tronco vecino, las flores masculinas que la vislumbran a través del agua iluminada por el sol se elevan a su vez, llenas de esperanza, hacia la que se balancea, las espera y las llama en un mundo mágico. Pero a medio camino se sienten bruscamente retenidas: su tallo, manantial de vida, es demasiado corto; no alcanzarán jamás la mansión de luz, la única en que puede realizarse la unión de los estambres y del pistilo. ¿Hay en la naturaleza una inadvertencia o prueba más cruel? ¡Imaginaos el drama de ese deseo, lo inaccesible que se toca, la fatalidad transparente, lo imposible sin obstáculo visible!». La inteligencia de las flores, Maurice Maeterlinck (Bélgica, 1862-1949).

12 Revelaciones:

Badil dijo...

¿Y sólo llega el que la tiene más larga?... ¿Y todo ello en un acuario, a la vista, al escarnio público?... Dios..que vida..

Arkab dijo...

Pues sí señora, así ha sido desde el principio de los tiempos: el que la tiene más larga, es el que moja, ya sea la cartera, la mano, la escopeta o la «pimporreta del nai». Con todo Dios delante, que cuanto más se vean los poderes, más sometido sometido queda el público en general (y la vallisneria que se ofrece impúdica ya ni le cuento).

Harry Sonfór dijo...

Ahí es ná, que lo peor de todo es que los biólogos experimentales tienen ya muy comprobado que si coges un pollo desplumao y le pegas cuatro plumas largas (o cuatro cintas de colores, que lo mismo les da) se hace el amo del local y es el que más se aparea. También funciona si le colocas al pollo un gorrito de papel de colores como si fuera el Juan Aguirre de Amaral, también despierta la líbido de las aves hembra. Con los peces pasa lo mismo: le pones unas cintas de colores largas pegadas a la cola a un pez pachucho y, placa, el rey del acuario.

Badil dijo...

El papel de colores no llevará escrito 200 euros, 500 euros....

Harry Sonfór dijo...

Qué va, Bail, las hembras de pájaro son gente sana. Lo que pasa es que se ciegan con el relumbrón.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Arkab, mire que tenemos hasta cartelería fina para la PMC, pero por ahora no nos ha dado fruto, que no nos llegan memes. Es menester informar a los lectores de que la chapeta del PMC es de uso público y que colocándola en su blog de manera altruista harán un bien para la humanidad y para la difusión de los derechos memistas.

Arkab dijo...

Es lo que viene siendo la Semana Santa, Harry; la gente se va de tamborradas y, claro, ni puñetero caso. Si en vez de poner cartelería fina hubiésemos puesto al del chiquichiqui, a wentgordo o, quién sabe, al mismísimo Neil Diamond, pongamos por caso, otro gallo nos cantara o cantase.

Oiga, ¿y le han dicho ya de qué color era la bata canadiense, y cómo iba peinada, y en qué lugar se enamoró de usted y aqué dedica su tiempo libre? ¿A usted no le parece que esas cosas que le pasan a Faren sólo ocurren en los capítulos antiguos de Friends?

Helter dijo...

Hay una tribu por esas áfricas en que las propiedades se heredan solo por línea materna, las señoras viven en su casa con sus hijos, que son solo suyos, y los que van y vienen son los señores. Y cuando hay una fiesta, los tipos se engalanan con todo tipo de maquillajes, aritos y tocados ridículos, y ellas muy dignas se los miran y escogen. Cuánto nos queda por aprender.

Farencica dijo...

Ni Friends ni leches, que esta vecina existe, y me tiene intrigada. No sé si es muy lista, o muy tonta. El farenhusband me dice que la invitemos a comer para ehcar unas risas, pero les juro que después de una batería de preguntas durante 30 minutos se me quitan las ganas de invitar a nadie. Arkab, la bata de la vecina rubia con las cejas negras era gris, muy escotada por delante y muy corta. Menudica, de edad indefinida (30-45?). Pechos operados y parrús rasurado (se lo he visto cuando se me ha despelotado en el sofá por lo de la cicatriz). Alguna pregunta más?

Arkab dijo...

Helter creo que se refiere a los kavango o tal vez a sus primos los ovango, entre Namibia y Angola. Hay matriarcado para todo excepto que el jefe es un hombre.

Que me lo creo Faren, que sólo estaba vacilando. Ahora hay dos cuestiones que debe plantearse, a saber: 1) si tras ver de nuevo a la vecina en bata desde su ventana es conveniente salir de casa dejando al farenhusband solo; y 2) si no deberíamos contactar ya con el señor de la Bahía de Hudson y proponerle una cita a ciegas con la vecina en la casa de ésta y usted nos televisa el encuentro, webcam en mano, desde la ventana.

Farencica dijo...

Uy, qué tono más exaltao me ha quedado en el post anterior. Me disculpe, arkab.

Arkab dijo...

Que va, Faren, por favor, no hay nada que disculpar. Aquí no hay tonos exaltados, aquí siempre positiffos, nunca negatiffos.


The Goldfinch Carel Fabritivs (1654, año de su muerte)

Ernst Haeckel

Ernst Heinrich Philipp August Haeckel
(* 16. Februar 1834 in Potsdam; † 9. August 1919 in Jena)
war ein deutscher Zoologe und Philosoph.

Portraits

Lithographies

Kunstformen der Natur


El órgano fantasma

«Cuenta Montaigne que cuenta el piadoso Santiago de la Vorágine que en un pueblo de Alsacia vivía un hombre que tenía adherido a su cuerpo el cuerpo más pequeño de otro hombre, una especie de bebé descabezado que se clavaba a su huésped más grande a partir del cuello. Un médico peregrino se ofreció a extirpar la anomalía con ayuda de un cirujano local. Una vez concluida la operación, el paciente se mostró muy agradecido y contento. El médico peregrino no le cobró un céntimo y a cambio sólo le pidió que le dejara llevarse el cuerpecillo extirpado y convenientemente disecado para exhibirlo por doquier como prueba de su talento. Semanas después, el paciente empezó a dar señales de una terrible melancolía: decía seguir sintiendo la presencia de aquel cuerpecillo, como si aún lo llevara adherido a sus carnes y declaraba que su ausencia le hería el espíritu mucho más que otrora su presencia el cuerpo. Según algunos comentaristas, el hombre acabó vagando por la tierra como un alma en pena. Otros autores afirman que el paciente sencillamente murió de tristeza dos meses después de la cirugía. Respecto a la suerte del médico el veredicto de todos es unánime: pagó su vanidad con la muerte a manos de unos salteadores de caminos». Monstruos y fenómenos extraordinarios de la Edad Media, Patricio Ferrufino S.J.
Citado por Santiago Cárdenas